Opinión

Un solo pueblo

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, se abraza con el vicespresidente, Manuel Domínguez.

El eslogan 'Canarias es un solo pueblo' es hoy más real que al comienzo de nuestra andadura autonómica. Evidentemente, vivir en un archipiélago marca mucho el sentimiento de pertenencia a la isla en la que uno ha nacido. Cuando estamos en Canarias, primero somos tinerfeños, grancanarios, gomeros, herreños, majoreros, lanzaroteños, palmeros o gracioseros que canarios. Ese mismo sentido de pertenencia cambia totalmente cuando estamos fuera de nuestro Archipiélago; ahí, todos somos, antes que nada, canarios.

Los transportes entre nuestras Islas, los medios de comunicación y las empresas han ido tirando de la política para que hoy el eslogan 'Canarias un solo pueblo' sea más real que virtual. Hay muy pocos archipiélagos en el mundo que tengan unas comunicaciones aéreas y marítimas en frecuencias, calidad y precios como las que tenemos en Canarias.

La revolución experimentada en las comunicaciones entre todas nuestras Islas ha acercado más, mucho más, a los canarios de las diferentes Islas. Nos conocemos más. Compartimos más. Ha reforzado nuestro sentimiento de pertenencia.

Mitigando viejos egoísmos insulares

El salto cualitativo que han dado los medios de comunicación en su oferta de programación para todo el archipiélago ha sido espectacular. En mi opinión, la entrada en escena de la Radio Televisión Canaria ha sido dinamizadora para que  el resto de los medios privados implantados en las Islas hayan ido creciendo en su oferta de programación conjunta para todas las Islas. La oferta de los medios de nuestras Islas se ha ido ajustando a lo que es nuestra realidad territorial, social y política: atención al interés isla en un contexto de todo el archipiélago.

Las empresas canarias también están jugando un importante papel en romper la barrera que marca la isla, buscando su expansión en otras islas de nuestro archipiélago. Sin duda la nueva dimensión de las empresas de las Islas está mitigando viejos egoísmos insulares. La evidencia de que es posible conjugar el interés insular con el interés general de todos los canarios, en la que los transportes, los medios de comunicación y las empresas están siendo el estilete, favorece que en el plano político se avance en la misma dirección.

El manual obligaba a un reparto equitativo

En tiempos no muy lejanos, los debates más acalorados que teníamos en nuestra tierra no tenían que ver ni con la sanidad, la educación, el turismo, el tren o la vivienda. Los debates más encarnizados se producían en torno al reparto y procedencia de los cargos en el Gobierno de Canarias. El reparto de consejerías y la procedencia de sus inquilinos. Generalmente, el punto de mira se centraba entre Gran Canaria y Tenerife. El manual obligaba a un reparto equitativo entre las dos islas más pobladas. Además, se miraba con lupa el peso de los departamentos que se le asignaban a Gran Canaria y Tenerife. En algunos momentos, se discutió por el número de trabajadores que prestaban servicio en una u otra Isla. Por supuesto, si el presidente era de Gran Canaria el vicepresidente, automáticamente, tenía que ser de Tenerife y viceversa.

Pues bien, en el Gobierno de Canarias que presidió Ángel Víctor Torres su vicepresidente era también de Gran Canaria y no pasó absolutamente nada. Tampoco fue objeto de controversias el reparto desigual de los departamentos gubernamentales. Dos tinerfeños, Fernando Clavijo y Manuel Domínguez, han tomado posesión como presidente y vicepresidente de Canarias. Normalidad absoluta. El deseo desde todas las islas de que les vaya bien porque será bueno para los canarios de todas las islas.

Este nuevo paradigma con el que se empieza a entender Canarias debe ayudarnos a ser cada día más fuertes como un solo pueblo que esparce a sus habitantes en ocho territorios.

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