Opinión

Vasos comunicantes

Después de una atípica campaña electoral, toca votar. Ha sido una campaña ruidosa y dura pero especialmente alejada de la calle. Probablemente, la coincidencia de la campaña con la Semana Santa ha tenido mucho que ver con ese desapego que se percibió entre candidatos y ciudadanos. Prácticamente toda la campaña ha quedado reducida a la estela de los debates electorales del 22 y el 23 en TVE y en Atresmedia, respectivamente.
 
Votamos en un escenario político muy abierto e incierto. Los cinco grandes partidos de ámbito estatal que concurren a las elecciones tienen opciones objetivas, reales, de formar parte de la mayoría necesaria para gobernar España. PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos y Vox parten con similares opciones de formar parte del próximo gobierno o, en su caso, de lograr que el próximo Gobierno del Estado dependa del apoyo de alguno de ellos. Cualquiera de estos cinco partidos puede estar formando parte de la mayoría que se articule para formar Gobierno, de la misma manera que cualquiera de ellos puede ser relegado a la oposición.
 
Los tiempos en los que la única incógnita del día electoral quedaba reducida a si el gobierno era del PSOE o del PP saltó por los aires desde 2015, con la consolidación de nuevas opciones políticas. La regla no escrita en nuestra democracia de que formaba Gobierno el partido más votado pasó a la historia el pasado año, con la moción de censura a Mariano Rajoy. Hoy domingo arranca un tiempo político diferente.
 
Es casi imposible aislar los resultados electorales del 28-A de los del 26-M
En pocas horas tendremos datos que nos permitirán empezar a despejar muchas de las grandes incógnitas que están abiertas entorno a estas elecciones en España. ¿Tendremos un Gobierno de derechas o de izquierdas? De  las urnas y los pactos posteriores, ¿saldrá un Gobierno de izquierdas, con PSOE y Unidas Podemos, un Gobierno de izquierdas con PSOE, Unidas Podemos y fuerzas territoriales, uno transversal con PSOE y Ciudadanos, un Gobierno de derechas a la andaluza con PP, Ciudadanos y Vox, un Ejecutivo presidido y liderado por el PP o por Ciudadanos?
 
Todo parece indicar, además, que dada la proximidad de las elecciones locales, autonómicas y europeas los posibles pactos de gobierno que se puedan formar –como consecuencia del resultado electoral de este domingo– no se cierren hasta el 26 de mayo. Sin duda, los apoyos que reciba el partido que lidere el próximo Gobierno de España va a tener que devolverlos con un alto precio en algunas comunidades autónomas y ayuntamientos importantes. Es casi imposible aislar los resultados electorales del 28-A de los del 26-M. Como nunca antes, esta vez lo que ocurra en la política estatal influirá en los acuerdos autonómicos y locales, vasos comunicantes que condicionarán en buena medida el junio autonómico y local.
 
Solo queda la intuición para pronosticar el resultado electoral
A falta de encuestas, solo queda la intuición para pronosticar el resultado electoral de este domingo. Antes la fuerza de los partidos se podía medir por el despliegue que hacían en cartelería, radios o televisión y fiestas con artistas populares para animar los mítines. Ahora todo es diferente. Ahora los mensajes de los partidos entran especialmente a través de las redes sociales, personalizados, sin ruido, silenciosos.
 
Es precisamente la ausencia de ruido y el silencio lo que en mayor medida he percibido –y sigo percibiendo– en estas elecciones generales. Pero percibo que no es un silencio ausente de la cita electoral. Los votantes de los partidos tradicionales en nuestra democracia no esconden su voto. Creo que hay una estrecha relación entre el silencio que rodea a buena parte de la ciudadanía ante las elecciones de este domingo y el alto porcentaje de gente que dice no saber todavía a quién. Hoy sabremos qué es lo que escondía ese silencio.
 
Ocurra lo que ocurra esta noche, la tormenta política que se avecina obligará a reflexionar sobre la necesidad de recuperar el espíritu de diálogo y consenso que presidió la ejemplar transición en España. A los ciudadanos nos toca votar. A los partidos les toca negociar porque el tiempo de los gobiernos monocolores ha pasado a la historia política de este país.

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