Opinión

Porque nosotros no somos tontos

Porque nosotros no somos tontos

La progresía, adalid de la causa feminista, se enroca en la derogación de la prisión permanente revisable en medio de la repugnante agresión sexual y el asesinato de Laura Luelmo, advirtiendo con una estudiada pose de indignación de las intenciones vengativas, ¡sí, vengativas dicen!, de quienes exigimos que la perpetua se mantenga.  Nadie se explica por qué los que defienden los derechos de la mujer, conculcando los de los hombres, optan porque los monstruos que las masacran obtengan la libertad, asumiendo que vuelvan a violarlas y asesinarlas. Pero, eso sí, todo con un relevante buenismo adoctrinador y una condena sumarísima moral a los intolerantes, ¡sí, intolerantes dicen!, que deseamos que los asesinos terminen sus días en la cárcel, incluso realizando trabajos forzados para que su producción laboral palíe el gasto que genera su maldita manutención.
 
Por otro lado, y en paralelo, Pedro Sánchez sigue ofreciendo su famoso diálogo a quienes incendian Cataluña y la revientan, a quienes golpean a la democracia española y se burlan continuamente de los españoles. No importa de qué hable en su reunión con el capo de los golpistas, lo que importa es la foto del diálogo, porque por encima de la indignidad está el cliché progre que pretende vender, el diálogo. Tampoco importa el pollo que se va a montar por realizar el Consejo de Ministros en la Guarida del Lobo, que a nadie debiera molestarle el símil pues si no hubiera Lobo, Wolf en alemán, con ganas de comerse a Caperucita no se desplazarían más de 9.000 Policías Nacionales a la Guarida. Oye, y no es que el Gobierno de España no pueda hacer un Consejo de Ministros donde crea oportuno, lo que ocurre es que Caperucita quiere escenificar valentía ante el Lobo y alejar la etiqueta de connivencia con el separatismo que lleva puesta en la frente desde que ese separatismo la hizo presidente, y la broma nos va a costar más de 300.000€. A no ser que usen los aviones y helicópteros del Ejército del Aire para los desplazamientos, lo que incrementaría el coste significativamente. Lo que sí deseamos es que todo se quede en teatro y dinero despilfarrado y que no tengamos que lamentar víctimas mortales, que es precisamente lo que el separatismo busca con desesperación a través de esas perversas herramientas llamadas CDR y GAAR, que perdonen si no las he pronunciado bien, pero es que el asco que me producen impide mi correcta fonación e, incluso, escritura.
 
Y a todo esto, pese a que los andaluces dijeron claramente que no querían a socialistas y chavistas comunistas antisistema gobernándolos, quienes apoyaron y sostuvieron al PSOE en la última legislatura, Ciudadanos, pretenden cobrarse el favor y que ahora los socialistas y algunos chavistas permitan que la tercera fuerza política presida la Junta.  Además, ya surte efecto la llamada a la movilización de las hordas del gurú de los chavistas contra VOX, pues están siendo atacadas las sedes del partido emergente en toda España. Lo que no entienden los descerebrados fascistas de la ultraizquierda es que el tsunami que está protagonizando el partido de la extrema necesidad se ve reforzado con cada una de las acciones vandálicas, con cada pintada amenazante y con cada cerradura sellada. Los sondeos, ninguno encargado por VOX, que predicen resultados de las próximas generales aumentan, para el partido de Abascal, de diez en diez escaños por cada día que pasa. Yo libro mi particular batalla con Tezanos y así como el lunes 26 de noviembre publiqué en Instagram y Facebook, no en Twitter pues esa cloaca me tiene vetado, los siguientes resultados: PSOE 35, PP 20, Ciudadanos 20, Podemos 15 y VOX 10 con un margen de error del 10%, ahora digo que VOX va a ganar las generales con 144 escaños, y me quedo tan ancho. Tan ancho porque me avala una aplastante victoria contra el cocinero del CIS.
 
Y es que los españoles preferimos que se pida la inmediata detención de Torra a que se le ofrezca diálogo. Preferimos que los violadores, pedarastas y asesinos jamás vuelvan a cometer gravísimos delitos. Preferimos que los partidos políticos interpreten adecuadamente lo que decimos con nuestros votos. Porque, al fin y al cabo, preferimos que se nos trate como a inteligentes, dado que lo somos, en lugar de como a tontos.
 
Sigfrid Soria, afiliado a VOX.

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