VOLCANISMO

Vivir bajo la amenaza de los volcanes y convivir con los micro seísmos, un día cualquiera en las Islas

Montañas del Fuego. Foto CACTLanzarote.
Montañas del Fuego. Foto CACTLanzarote.

Tras estallar la erupción volcánica en la isla de La Palma, algunos términos se han hecho muy familiares entre la población de las Islas. PEVOLCA, por ejemplo

Vivir bajo la amenaza de los volcanes y convivir con los micro seísmos, un día cualquiera en las Islas

Un día cualquiera en las Islas: Vivir bajo la amenaza de los volcanes y convivir con los micro seísmos. Tras estallar la erupción volcánica en la isla de La Palma, algunos términos se han hecho muy familiares entre la población de las Islas. PEVOLCA, por ejemplo, un acrónimo que hace referencia al Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias y que depende de la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias. Otro es la Ley de Volcanes, una iniciativa legislativa popular que ha sido registrada hace unos días en el Parlamento de Canarias para iniciar su tramitación.

La iniciativa legislativa antedicha introduce el carácter retroactivo para todos los afectados por una erupción volcánica, blinda sus derechos sociales y económicos, garantiza que todos los bienes perdidos se restituyan “en justo precio”. Los damnificados en La Palma esperan mucho de ella, pero no hay ley que pueda tranquilizar del todo a los residentes, dada la naturaleza volcánica del archipiélago.

Convivimos con los terremotos a diario

De hecho, convivimos con los terremotos a diario, pues estos fenómenos son muy comunes en Canarias. En particular, los micro seísmos, según el Instituto Geográfico Nacional, que hace un seguimiento de esta actividad. La mayoría son imperceptibles para la población y la magnitud no suele sobrepasar los 2 mbLg, siglas que representan la magnitud de la energía liberada por el terremoto.

Lo que sí puede ofrecer cierta tranquilidad es que que los micro seísmos y la actividad volcánica son objeto de un exhaustivo seguimiento en Canarias, ya que hay casi medio centenar de estaciones sísmicas en las Islas, una de ellas en Lanzarote, ubicada en el Centro de Visitantes y de Interpretación del Parque Nacional de Timafaya, en la salida de Mancha Blanca hacia las Montañas del Fuego.

También los llamamos temblores

Un terremoto consiste en la liberación repentina de la energía acumulada en la corteza terrestre en forma de ondas que se propagan en todas direcciones. El punto donde un terremoto se inicia se denomina foco y puede estar a muchos kilómetros hacia el interior de La Tierra. Lo habitual es que se produzcan en Tenerife, en la franja de mar que la separa de Gran Canaria, y, por último, en El Hierro o sus inmediaciones.

El punto de la superficie encima del foco se denomina epicentro. A los terremotos también los llamamos temblores, seísmos, movimientos sísmicos, etc. y, lo habitual es que el imaginario colectivo de los canarios los asocie con los volcanes o eventuales erupciones volcánicas. Los palmeros lo saben bien, porque las han padecido en fechas recientes y, un poco más atrás, la población lanzaroteña en los siglos XVIII y XIX, un territorio conocido como Isla de los Volcanes.

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