Lourdes Montiel Peñalver, escritora del alma: del duelo al renacimiento

A veces, la vida golpea fuerte y no deja espacio ni para que entre el aire. Vives el día a día como si nada, sigues una rutina sin ser consciente de sus pros y sus contras, solo tratas de fluir. Das por sentado todo lo que ocurre a tu alrededor, esquivas el presente porque vives en modo avión, mirando sin ver. Pero de repente, un impacto, como una llamada de teléfono, puede cambiarlo todo. Y ese presente se esfuma, porque te has ido a vivir sobre las nubes.
Eso fue lo que vivió Lourdes Montiel Peñalver a sus 22 años. Hoy es escritora, enfermera y mentora. Estaba cursando su último año de carrera en Roma cuando una llamada de su madre lo cambió todo: su hermano mayor había sido asesinado mientras trabajaba.
Entre esperas, incertidumbre, dolor y procesos judiciales que no entendían de sentimientos, Lourdes se marchó como voluntaria a África, donde volvió a encontrarse con la vida y con el aire que creía haber perdido. África le regaló una piña después de haber perdido a un niño, mostrándole que una vida podía ofrecer un momento dulce a muchas otras vidas. En ese momento se hizo una promesa: un día contaría su historia y acompañaría a otras personas a sanar su dolor. Pero antes, tenía que sanar el suyo.
“Una pérdida siempre trae consigo otra pérdida, la de quien se queda”, dice Lourdes, que trabajó durante sus primeros años como enfermera en la UCI pediátrica, velando de sus pacientes por las noches, y acompañando el miedo y el silencio de los padres.
Comprendía el dolor, y ella misma se había atrevido a pedir ayuda: “más por amor a su madre que por amor propio” confiesa, pues llegó a pensar que la muerte era la única salida para aliviar su dolor. Pero no podía hacerle a su madre pasar por la pérdida de otro hijo.
En su proceso de duelo, heridas abiertas y años de terapia, Lourdes se fue a Tailandia de vacaciones. “Estaba en un pueblo hippie, y un grupo de españoles se acercó. Me puse a hablar con ellos y, dos horas después, descubrí que una de las chicas había sido profesora de una paciente mía, una niña que no sobrevivió al trasplante cardíaco. Aquella fue la noche más dura de mi vida. La chica rompió a llorar y yo la abracé. Me dijo que esa había sido la razón por la que dejó su trabajo y se mudó de ciudad. Nunca había llorado la pérdida de su alumna” narra Lourdes. Y añade: “¿Qué probabilidades había de que me encontrara con esa chica a miles de kms habiendo vivido en la misma ciudad?”. Lo tomó como una señal, y al volver a Madrid, decidió dejar su trabajo soñado. Compró un billete de ida sin vuelta, cogió una mochila y se fue a vivir a Asia.
“Necesitaba vivir” decía. Se fue a Tailandia para reconquistarse, porque tras la muerte de su hermano, muchas otras heridas se abrieron.
Allí, en Tailandia, se sintió vulnerable y comenzó a descubrir el origen de sus silencios y de su desconexión con su cuerpo. Profundizó en su trauma y en el dolor a través de prácticas como la meditación y yoga. “La herida de Quirón apareció, despertando las memorias de mi cuerpo y el maltrato psicológico que sufrí en mi infancia por parte de mi padre”.
La sanación fue incómoda, pero poco a poco fue rompiendo su silencio a través del canto, y profundizando en el estudio del trauma y en su experiencia personal con el síndrome de estrés postraumático. “Aprendí a vivir conmigo, consciente de la sensibilidad de mi sistema nervioso y de la desconexión que había tenido con mi cuerpo”, afirma. “Había estado librando batallas internas toda mi vida”.
Actualmente, todo este trabajo personal ha dado lugar a su primer libro y a un espacio en sus redes sociales. Su libro, “La voz del trauma,” relata dos meses de su vida en forma de diario, y representa el inicio de un renacer tras haber recorrido las distintas emociones y sensaciones físicas.
“Este libro es un trozo de mí, es mi voz sin filtro, que surgió a través de darle voz a un diario que grabé en versión audiolibro, y que saldrá a la luz pronto”. En él, Lourdes fusiona la narración íntima con el sonido del harmonium, un instrumento que lleva siendo su medicina desde hace cinco años.
En sus redes sociales, @Lourdesmonpen, comparte reflexiones sobre la vida, el cambio, el trauma y de la incomodidad de lo que muchas veces preferimos callar. “En la luz de trauma, mi canal de podcast, está mi esencia. No soy influencer, sigo siendo enfermera, pero desde el lado que siempre soñé, sensibilizando sobre el impacto del trauma y mostrando el otro lado: la vida”.
Su libro también es un reflejo de cómo, en lugar de matar dragones, podemos conquistarlos y colocarlos en nuestras líneas para enfrentar cualquier adversidad. En sus redes sociales, Lourdes nos muestra no solo su proceso, sino maneras de gestionar las emociones desde la templanza y creatividad. Porque tal y como está hoy el mundo, esa podría ser la clave: arriesgar, apostar por uno mismo, romper barreras, atracar puertos desconocidos, tomar la mano de los monstruos internos y descubrir el porqué de la oscuridad. Quizás, así y solo así, podamos descubrir la voz de trauma.