Los Buches llenan la Sociedad Democracia de Arrecife y activan el Entrudo con un concierto memorable

Anoche, la histórica Sociedad Democracia de Arrecife se llenó hasta el tope para “Los Buches en concierto”, una cita que confirmó el buen momento de la Parranda Marinera de Los Buches y, sobre todo, el cariño del público. La respuesta fue cálida y muy participativa: aplausos largos, escucha atenta y esa emoción compartida que solo se da cuando una comunidad se reconoce en lo que oye y ve.

El concierto propuso un recorrido por el repertorio de invierno y de Entrudo, el ciclo en el que, desde el 8 de diciembre, la parranda deja atrás las canciones de trabajo marinero y se activa el pulso del carnaval antiguo. En este tiempo las letras se vuelven más pícaras y burlescas, y el grupo viste el traje tradicional de buchero y buchera (también llamado “campón” en el habla popular). Se trata de una herencia viva cuya forma actual, al menos, se remonta al siglo XIX, y que hoy sigue latiendo como parte esencial de la memoria cultural de Arrecife.

En el repertorio sonaron piezas muy arraigadas en el imaginario musical de Arrecife y Lanzarote, como “Chiquilla mía”, “Vals marinero”, “Niña bonita”, “Adiós, mi barco velero”, “La batea del gofio”, “Querida Lola” e “Isa marinera”. El programa enlazó memoria portuaria, emoción marinera y rito comunitario, con un hilo claro: la música como forma de pertenencia y como archivo vivo, transmitido de generación en generación.

Uno de los momentos más comentados de la noche fue el reconocimiento público a la labor de revisión de algunas letras realizada en los últimos años. En particular, el grupo recordó la reformulación de “Niña bonita” (2023), planteada para eliminar elementos machistas presentes en versiones anteriores. Este tipo de actualización, hecha con respeto por la tradición y con conciencia del presente, fue recibida con aprobación por parte del público asistente y se entiende como un gesto coherente con una cultura popular cuidada, abierta y digna.

El acto fue posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Arrecife y de la Concejalía de Actos y Eventos. Los Buches agradecieron especialmente a la Sociedad Democracia, a su presidente, Luis Miranda, y a su Junta Directiva, por sostener un espacio que funciona como casa cultural compartida, refugio y escenario de la vida asociativa arrecifeña. Hubo también un saludo expreso a los Ranchos de Pascua, guardianes del folclore navideño y de una forma de comunidad que da sentido a estas fechas, cuando la isla se recoge (sin perder la alegría) y se reafirma en lo común.

El presidente de la entidad, Juan Antonio Machado, subrayó durante el encuentro que “fomentar los lazos de colaboración entre entidades de primer nivel en la isla, como la histórica Sociedad Democracia y la antigua Parranda Los Buches, es esencial para conservar nuestra cultura originaria y evitar que nuestra identidad se pierda”.

En el cierre, la Asociación trasladó su gratitud al equipo técnico y profesional que hizo posible la cita, con mención especial a Leandro J. Martín como maestro de ceremonias. La producción artística corrió a cargo de David Machado y la dirección musical estuvo a cargo del maestro Roberto Gil. Como solistas intervinieron Sergio Betancort, Manuela Fernández, Juan Hernández, Mario Betancort, Joel Diana y Mencey Rodríguez, junto a un amplio grupo de músicos y coristas.

Tanto Roberto Gil como David Machado coincidieron en una idea que atravesó toda la velada: “la música, la danza y el espíritu de Los Buches tienen sentido cuando el público lo disfruta y lo reconoce como suyo; eso se lleva en el corazón”.

Con este concierto, Los Buches consolidan una hoja de ruta hacia ser declarados Patrimonio Inmaterial de La Humanidad sostenida en los últimos tres años, centrada en la recuperación del patrimonio inmaterial de Arrecife y Lanzarote desde el rigor, la documentación y la presencia pública.

Una apuesta clara: que lo popular no sea sinónimo de descuido, sino de excelencia compartida; y que la tradición no sea un museo quieto, sino una práctica viva donde una ciudad entera se escucha a sí misma, en comunidad.