ARRECIFE

Claves del moderno comercio en Lanzarote: centralidad, accesibilidad y aparcamientos

Calle Real de Arrecife.
Calle Real de Arrecife.

La superficie de venta comercial en la isla sigue aumentando sin cesar y se estima que supera con holgura los 300.000 metros cuadrados en estos momentos

Claves del moderno comercio en Lanzarote: centralidad, accesibilidad y aparcamientos

La superficie de venta comercial en Lanzarote sigue aumentando sin cesar y se estima que supera con holgura los 300.000 metros cuadrados en estos momentos y tras las últimas aperturas. Este fuerte impulso viene de la mano de las grandes superficies y el Centro Comercial Open Mall, que contiene más de 60 locales en un recinto de 35.000 metros cuadrados, casi mil plazas de aparcamiento.

Todos estos equipamientos comerciales responden a una misma estrategia de implantación, que se basa en la centralidad, accesibilidad y aparcamientos, ofertando comodidad y rapidez a la hora de realizar sus compras a unos clientes que se mueven en vehículos privados a motor, en su inmensa mayoría, en busca de mejores precios.

Nuevo modelo de implantación comercial

Este modelo de implantación territorial se aprecia con claridad alrededor de la Carretera de Circunvalación Arrecife y su conurbación, desde Costa Teguise hasta Puerto del Carmen, pasando por la zona industrial de Playa Honda, fronteriza con la concurrida autovía del Aeropuerto. Esta zona sobresale, además, porque posee suelo abundante y urbanísticamente apto para establecerse de inmediato, incluso bajo la fórmula de llave en mano.

En el polo opuesto languidece el comercio tradicional, puesto que difícilmente consigue hacerse un hueco en el mercado, aunque se encuentre ubicado en un lugar privilegiado de la vieja trama comercial, pongamos que la Calle Real de la ciudad y aledañas o las vías peatonalizadas en tiempos recientes, como Hermanos Zerolo o Porlier y Sopranis. Entre los obstáculos se encuentra la dificultad para acceder al centro comercial histórico, pocos aparcamientos y elevados precios de las plazas existentes.

El comercio electrónico va como un tiro

El otro gran competidor del pequeño comercio de proximidad es el comercio electrónico, que no para de crecer año tras año y cuya facturación anual debe rondar los tres mil millones de euros en toda Canarias. Más de la mitad de la población canaria entre 16 y 74 años compra por internet al menos una vez a lo largo del año. Son cifras contundentes para el pequeño comercio, ya que ve desmoronarse su facturación y no consigue alivio ni con la masiva presencia de gente en las calles, incluyendo a los turistas de cruceros, y el puntual aumento de las ventas por las fechas navideñas. Un espejismo.

El retroceso en ventas en las tiendas físicas se está registrado en todos los subsectores, desde la alimentación a la ropa y el calzado, pasando por las tecnologías de la información y la comunicación. Esta regresión de la tienda tradicional se produce a la par que ha crecido ligeramente el gasto de los hogares, lo cual confirma que está aumentando el volumen de otras formas de venta.

La demagógica polémica con el cierre de la Avenida

A pesar de esta realidad incontestable, hay quienes, no hace tanto tiempo, culpabilizaban a algunas restricciones impuestas a la circulación motorizada de la crisis del comercio tradicional en el centro de Arrecife, obviando las profundas transformaciones que se han ido produciendo en el propio sector, así como los cambios en los hábitos de compra de los consumidores. Ejemplo de ello es la demagógica polémica suscitada el torno al cierre y posterior reapertura al tráfico de la Avenida de Arrecife.

Se domestique o no el tráfico, las pequeñas tiendas físicas se encuentran en la tesitura de especializarse o cerrar. Este es el desafío que afronta el comercio tradicional de proximidad, ya que el consumidor tiene numerosas posibilidades de elección en tiempo real a la hora de realizar una compra. El precio y la comodidad se mantienen como las principales motivaciones para comprar por Internet, además del ahorro de tiempo, la disponibilidad de una oferta casi infinita y la facilidad para comparar. Por ello, todo indica que el comercio electrónico irá a más.

Obras de peatonalización de la Calle Hermanos Zerolo de Arrecife.
Obras de peatonalización de la Calle Hermanos Zerolo de Arrecife, hace unos años.

Las ciudades son hijas del comercio

Cantidad, calidad y precio son variables que un cliente puede conocer en un instante a través de internet. Por eso, la apuesta por la calidad y la proximidad ofreciendo un servicio personalizado son las opciones que tiene ante sí el pequeño comercio, porque en cuanto a cantidad y precios no puede competir ni con el comercio electrónico ni con las plataformas de logística en que se han convertido las grandes superficies.

De fondo se está produciendo otro fenómeno, que es la reconversión de los centros comerciales tradicionales de los núcleos urbanos. Unos bajan la persiana y caen los precios de venta y alquiler de los locales, pero este fenómeno atrae a otros emprendedores con nuevas ideas y proyectos de negocio. Las cifras indican que la capacidad de adaptación del comercio es grande, revalidando la vigencia el viejo adagio que dice que las ciudades son hijas del comercio.

El individualismo empresarial, un obstáculo

En 2013 se realizó una encuesta a las pequeñas y medianas empresas del comercio y la hostelería. Los empresarios lo tenían claro: la falta de aparcamientos es uno de los grandes problemas que se detectaron a la hora de potenciar las distintas zonas comerciales de la isla. Un problema de accesibilidad.
Pero, por otro lado, no parecían estar dispuestos a unirse para resolver sus problemas, puesto que el nivel de asociacionismo de las empresas de isleñas es muy bajo: sólo un 7,24% de ellas manifestaron entonces estar vinculadas a alguna asociación.

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