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La Recova de Arrecife suspira por volver a ser un pequeño mercado agrario

Recova
Recova

La Plaza proyectaba una imagen de tipismo que merecía ser fotografiada o filmada, pero también la expresión de las estrecheces que padecía la mayor parte de la población

La Recova de Arrecife suspira por volver a ser un pequeño mercado agrario

No resulta fácil encontrar en Arrecife un lugar donde desayunar o tomar un cortado a la sombra siempre fresca de un árbol de gran porte desde que echó el candado la pequeña cafetería regentada por el menor de los hermanos Correa, de la solvente saga hostelera del Bar Andalucía. En aquel momento, desaparecido el bullicio que da vida a todo mercado tradicional, la Recova quedó reducida al desolado trastero de la Casa Consistorial.

Una imagen de tipismo

En los albores del turismo, cuando el Parador era el gran establecimiento alojativo de Lanzarote, la visita a la Recova era obligada para aquellos primeros viajeros. En las Islas se denomina recova a un sitio público con puestos diferenciados, destinados a la venta de frutas y verduras, carnes, pescados y otros productos. Era una imagen de tipismo y autenticidad que merecía ser fotografiada o filmada, pero también la expresión de las estrecheces que padecía la mayor parte de la población en aquella época.

La Plaza del Mercado, como también fue conocida, quedó mortalmente herida hace tiempo, en los años ochenta del siglo XX. Entonces ocupaba el patio central de una manzana contigua a la Iglesia de San Ginés, comprendida entre las calles Academia, Liebre y Manuel Miranda y la avenida de La Marina, que en este corto tramo adopta el nombre de Vargas. 

Las escuelas de Manuel de Oraá 

La otra parte de la manzana, con fachada al mar, fue demolida y reconstruida para albergar la sede del Ayuntamiento. La desafortunada intervención no le hace una pizca de sombra a la edificación proyectada como escuelas por Manuel de Oraá, cuyas fachadas ofrecían secuencias de huecos verticales de medio punto. La maquinaria pesada demolió la estructura porticada en ‘U’ en torno al patio-plaza interior, con fachada principal a la calle Academia, formada por tres galerías de arcos de medio punto con dovelas de cantería basáltica que descansaban sobre pilares de planta cuadrada. Preso de la ignorancia, hubo quien a esta desgracia la llamó progreso.

Basta un simple recorrido por las calles laterales y la trasera que circundan la Recova para apreciar que estamos ante una edificación singular, un hito en el entramado del núcleo originario de la ciudad vinculado a su trazado histórico. Todo comenzó en el siglo XVIII y se esfumó cuando llegó la piqueta abanderando una falsa modernidad. 

Dos bolas blancas flanquean la escalera

La manzana sustituyó almacenes, bodegas y la sede del primer teatro de la ciudad. Los terrenos pasaron a ser de titularidad municipal y pocos años más tarde, en 1878, Manuel de Oraá, realiza el proyecto para una escuela de unos 80 alumnos, un edificio en ‘L’ con frente a La Marina y con una casa anexa para la maestra. El patio central se erigió en la Plaza del Mercado o Recova, que centralizó el comercio agropecuario de la isla a finales del XIX. Es la única plaza interior de la ciudad con valores históricos y etnográficos. 

La plataforma inferior del patio, la Recova propiamente dicha, contaba con varios aljibes, dependencias para el ganado, matadero, espacios para la venta de carnes, cuatro lonjas y otros cuartos auxiliares. La plataforma más elevada se empleaba como pesebre. Dos bolas blancas de hormigón flanquean la escalera que une ambos espacios, y fueron realizadas por el desaparecido Luis Morales Padrón en los años cincuenta, cuando trabajaba en el equipo de mantenimiento del Ayuntamiento de Arrecife. A su alrededor permanecen las trazas de una parte de la edificación original.

“Voy a la plaza, ahora vuelvo”

En enero de 2017, Somos Lanzarote reclamaba la apertura de la Recova. La formación denunciaba que tanto los baños públicos, “de los pocos existentes en la ciudad”, como la zona de restauración y la práctica totalidad de las dependencias de este enclave patrimonial “están cerradas”. Somos reclamaba que este espacio patrimonial clave de la ciudad de Arrecife volviera a tener actividad, porque “Arrecife no se puede permitir tener la Recova, sus baños, y sus dependencias cerradas mientras la ciudad está a rebosar de turistas”.

“Voy a la Plaza, vengo ahora”. Hace medio siglo, esta frase tenía todo el sentido e indicaba que ibas de compras al antiguo mercado abastos. Quizá hoy vuelva a escucharse: “Voy a la Plaza, ahora vuelvo”. Estas personas disfrutarán por un rato de los magníficos laureles de Indias plantados en la plataforma superior y los ejemplares de ficus benjamina situados en la inferior y que tienen la misma edad que la Casa Consistorial. 

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