DESARROLLO SOSTENIBLE

Los nuevos tabúes conejeros: capacidad de carga desbordada y saturación turística

Una imagen irreal del Lanzarote actual, una playa vacía.
Una imagen irreal del Lanzarote actual, una playa vacía.

¿Sufre Lanzarote algún tipo de déficit en el terreno del desarrollo sostenible? ¿Tiene sentido hablar de la sobrecapacidad de Lanzarote? ¿Y de La Graciosa?

Los nuevos tabúes conejeros: capacidad de carga desbordada y saturación turística

En los últimos meses han surgido dos nuevos tabúes conejeros: capacidad de carga desbordada y saturación turística. En realidad, ambos son una nueva versión de un antiquísimo tabú que afecta a todo aquello que pone en cuestión el desarrollismo en la isla.

Todavía colea el uso del término de saturación turística que reiteró la candidata socialista al Cabildo de Lanzarote en el debate político de las elecciones locales del pasado 28 de mayo. Lo planteó en febrero, pero transcurridos seis meses después, apenas se habla de este término, a pesar de que viene recogido en las Directrices de Ordenación del Turismo aprobadas hace ¡20 años! y que se introdujo en la legislación canaria, precisamente, para determinar el desbordamiento de la capacidad de carga turística de una isla y saber qué hacer en tal caso.

Este 2 de agosto se conmemora el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. La efeméride nos concierne a todos, pues se relaciona con la manera como utilizamos los recursos de nuestro planeta. La jornada pretende concienciar de manera urgente a la población acerca de los efectos dañinos e impacto que genera este fenómeno en la humanidad y en el planeta.

En el año 2023 la Tierra entró en un déficit ecológico, debido a que la demanda de recursos y servicios por parte de la población mundial ha superado ampliamente lo que el planeta puede regenerar en este año en materia de recursos naturales. En tal sentido, para el año 2030 se necesitaría otro planeta Tierra para poder suplir tal demanda y satisfacer las necesidades de las futuras generaciones.

“La Capacidad Turística puede considerarse agotada”

Por analogía, ¿sufre Lanzarote algún tipo de déficit en el terreno del desarrollo sostenible? ¿Tiene sentido hablar de la sobrecapacidad de Lanzarote? ¿Y de La Graciosa? Todo indica que sí, aunque casi nadie quiera hablar del tema. El análisis de la Capacidad de Carga Turística de Lanzarote como destino turístico concluyó que “todos los límites y estándares de capacidad carga al uso se han superado ampliamente hace mucho tiempo”. Por lo tanto, “la Capacidad Turística puede considerarse agotada, ya que los umbrales admisibles de crecimiento turístico y poblacional se han superado haciendo inevitable la necesidad de declarar la isla como Zona Turística Saturada”.

La afirmación anterior es el desenlace al que han llegado los redactores del ‘Estudio sobre la Capacidad de Carga Turística en Lanzarote’ (Gaia, SLU, 2023). Su documento de síntesis es demoledor. En los recursos y factores ambientales clave, Lanzarote presenta “un perfil de isla artificial donde el binomio agua-energía constituye un factor conjunto de dependencia extrema y de riesgo ascendente sujeto a los avatares del mercado de las energías fósiles y los operadores eléctricos”.

Hay 3,4 turistas por cada 10 habitantes

El otro factor ambiental clave se corresponde con los residuos, que en términos de producción total “presenta índices muy altos, con medias superiores a la de Canarias”, a juicio de los expertos. Por otro lado, la infraestructura alojativa respecto al alojamiento ‘convencional’ de hoteles y apartamentos “indica una tendencia a la estabilización que difiere del crecimiento continuo de la mayoría de los indicadores”. No obstante, anotan que la irrupción “y crecimiento imparable de la oferta de alquiler vacacional ha distorsionado la oferta alojativa”.

La capacidad aeroportuaria, atendiendo al Plan director de AENA para el aeropuerto César Manrique-Lanzarote, “estaría apostando por sobrepasar aún más si cabe los límites de Capacidad de Carga Turística e incentivando el crecimiento cuantitativo”, señalan. En otro orden de cosas, apuntan: “La carga poblacional y turística del destino medida como intensidad turística se sitúa en 3,4 turistas por cada 10 habitantes, proporción ciertamente alta en términos comparativos”.

En el ámbito social, subrayan que el porcentaje de población bajo el umbral de la pobreza “ha tenido una progresión ascendente hasta alcanzar en 2018 el 18,4 por ciento que duplica los índices registrados en 2001”. Se trata de una tendencia que “contrasta” con el hecho de que “Lanzarote sea la isla que ostente el mayor PIB per cápita de Canarias”.

No hay margen de duda sobre la Zona Turística Saturada

En relación con la dimensión territorial, el 42 por ciento de la superficie artificializada de la isla “se encuentra dentro del primer kilómetro de costa” y, a su vez, el 13 por ciento del perímetro litoral “también esté ocupado por construcciones, siendo este último un límite que no debería sobrepasarse”.

La conclusión a la que llega Gaia, SLU, es tajante: “El análisis de los indicadores de Capacidad de Carga no deja margen de duda sobre la necesidad de declarar la isla de Lanzarote como Zona Turística Saturada”.

“Prácticamente todos los indicadores asociados a los principales factores de Capacidad de Carga reflejan las características propias de un destino turístico maduro que ha llegado a un nivel muy alto de saturación, tanto en términos de densidad como de intensidad turística, incluyendo la perceptiva, desbordando incluso las capacidades económicas y humanas de las administraciones y operadores turísticos locales para gestionar adecuadamente la situación”.

“No se ha abandonado la cultura del desarrollo turístico”

A mayor abundamiento, los indicadores “muestran que aún no se ha abandonado la cultura del desarrollo turístico basada en el incremento del número de turistas y en el aumento de la capacidad de la planta alojativa”. Por otra parte, “tampoco se ha deslindado aún del binomio turismo-construcción como erróneo concepto de progreso turístico”.

“En estas circunstancias —prosiguen los autores del estudio— se aumentan los previsibles efectos de deterioro ambiental, social, paisajístico y territorial, corriendo el riesgo de pagar el alto precio que puede pagar un destino carente de competitividad en los tiempos actuales”. En este contexto, hacen un último apunte. La declaración de la isla como Zona Turística Saturada “significaría abrir un proceso de reflexión para llegar a soluciones de consenso sobre una nueva e imaginativa estrategia a seguir para el futuro del turismo en Lanzarote”.

Hoy, en Lanzarote, se ha instalado una nueva versión de un viejo tabú. Este prohíbe, de forma tácita, sostener que la Capacidad de Carga Turística se encuentra ampliamente desbordada, además desde hace muchos años, y, por lo tanto, que la declaración de la isla como Zona Turística Saturada supone una oportunidad única e inaplazable para consensuar un nuevo modelo para el futuro del turismo y para la propia isla.

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