Patrimonio

La Casa de los Arroyo, el edificio señorial más original de Arrecife

Casa de los Arroyo
Casa de los Arroyo

El inmueble albergó entre sus paredes el Servicio de Publicaciones del Cabildo, hasta que pasó a ser la sede de la Reserva de Biosfera y el Geoparque

La Casa de los Arroyo, el edificio señorial más original de Arrecife

Declarada Bien de Interés Cultural en 1990, la Casa de los Arroyo es uno de los inmuebles domésticos señoriales más antiguos y valiosos de Arrecife y muestra características propias de primer tercio del XVIII. Junto a otros inmuebles ya desparecidos, otorgaba carácter y personalidad al frente urbano de la ciudad, del que apenas quedan vestigios. Destaca entre los edificios con impronta existentes en el centro de Arrecife, cuya presencia denota una clara vocación museística.

La casona es propiedad del Cabildo y albergó entre sus paredes el Servicio de Publicaciones de la corporación, hasta que pasó a ser la sede de la Reserva de Biosfera y el Geoparque, dos importantes declaraciones de la UNESCO que conciernen a Lanzarote y el Archipiélago Chinijo. Es una lástima que preste usos administrativos, en lugar de recibir visitas del público con contenidos culturales.

EL EDIFICIO MÁS REPRESENTATIVO DE LA CIUDAD

La Casa de los Arroyo acogió en 1995 una muestra sobre el escultor Pancho Lasso, que duró poco. Ese mismo año se inauguró como sede del Centro Científico-Cultural Blas Cabrera Felipe, una exposición permanente dedicada el eminente físico nacido en Arrecife que se rodeó de una serie de actividades anuales, pero tampoco funcionó. También albergó el Observatorio Astronómico Arturo Duperier. En la gran sala situada en la segunda planta todavía se encuentra la biblioteca de Blas Cabrera.

El inmueble se dispone en dos plantas. La superior muestra diferente altura y cubierta a cuatro aguas. El interior, con zaguán y diferentes dependencias, se articula en torno a un patio central con escalera de madera y galería superior. Es la primera casa de Arrecife a caballo entre la arquitectura popular rural y la doméstica y, según los expertos, estamos ante el edificio más original y representativo de la ciudad, descontadas las dos fortalezas y la primera planta de la iglesia de San Ginés.

EL TESÓN DE NICOLÁS DE PÁIZ PEREYRA

Como tantos otros ejemplos arquitectónicos desaparecidos en los primeros años de la fiebre desarrollista que azotó la ciudad, la Casa de los Arroyo pudo acabar reducida a escombros de no ser por el tesón de Nicolás de Páiz Pereyra, quien, siendo presidente del Cabildo durante su segundo mandato, la adquirió y la añadió al catálogo patrimonial de la primera institución insular.

Si se acertara al dotarla de unos contenidos que permitan su visita y su contemplación, la Casa de los Arroyo podría desplegar todo su potencial, incluyendo su rica carpintería. Siendo de titularidad pública, cuesta comprender que no sea así, máxime cuando insistentemente se reclama para la ciudad una oferta cultural que colme la curiosidad de los turistas de cruceros y las demandas de la población local.

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