SAN BARTOLOMÉ

Montaña Mina, una cima llena de puyazos, molinos en desuso y algo de demagogia

Parque Eólico de Montaña Mina. Foto JL Carrasco.
Parque Eólico de Montaña Mina. Foto JL Carrasco.

Queda pendiente el otro gran impacto que sufre a sus más de 440 metros de altitud: el conjunto de antenas apiñadas y que, como un tumor, se han ido extendiendo en su cumbre

Montaña Mina, una cima llena de puyazos, molinos en desuso y algo de demagogia

La cima de Montaña Mina está llena puyazos, sus laderas se aburren ante la presencia de cinco aerogeneradores convertidos en chatarra que afean el paisaje y todo el conjunto padece algo de demagogia. De fondo, resurge la polémica sobre a quién corresponde retirar los aerogeneradores que llevan años en desuso, si a la empresa, al ayuntamiento o al Gobierno de Canarias.

El Parque Eólico cesó su actividad hace diez años

Los puyazos proceden de las antenas de todo tipo que se apelotonan en la cumbre y la demagogia la aporta una desdibujada Coalición Canaria (CC) en el municipio de San Bartolomé, cuyo único cometido parece reducido a desgastar al grupo de gobierno. CC reclama al equipo de gobierno que retire los aerogeneradores en desuso que conforman el viejo Parque Eólico de Montaña, cuando esta responsabilidad recae en última instancia el Gobierno de Canarias, que fue quien lo autorizó, si la empresa privada que lo instaló no lo hace.

El Parque Eólico cesó su actividad hace diez años y, con el paso del tiempo, los aerogeneradores se están cayendo a cachos, hoy un aspa, mañana una carcasa… Se instaló en suelo municipal con una autorización del Gobierno de Canarias, entró en funcionamiento en 1992 con una potencia de 1.125 kilowatios (KW) y una vida útil estimada de 25 años. Hace varios años, el Ayuntamiento de San Bartolomé inició los pasos para proceder al cierre, desmantelamiento y la restauración de la instalación eólica de Montaña de Mina, una obligación que corresponde a la iniciativa privada.

Montaña Mina, un origen prehispánico

Antes o después, cuando esta cuestión quede resuelta, mejorará la silueta de la sufrida Montaña Mina, pero quedará pendiente el otro gran impacto que sufre a sus más de 440 metros de altitud: el conjunto de antenas apiñadas y que, como un tumor, se han ido extendiendo en su cumbre. ¿Son necesarias tantas? ¿Es imprescindible que cada cual tenga que instalar la suya, desde emisoras de radio y cadenas de televisión a servicios de emergencias, pasando por Cuerpos y Fuerzas de Seguridad el Estado? Quizá sea posible agruparlas, de manera que una sola antena sirva para todos los operadores y, de paso, pueda restaurarse la cima y crear un pequeño un mirador con vistas sobre Arrecife y su conurbación.

La actual Montaña Mina tuvo en tiempos pasados otras denominaciones, como Montaña Emine o Montaña El Mine o Montaña Emina, que nos llevan a considerar un origen prehispánico, evolucionado a través del tiempo por un proceso de hispanización hasta llegar al nombre actual, según Maximiano Trapero y Eladio Santana en su Toponimia de Lanzarote. Sin embargo, nada tiene que ver con la voz española mina, que en la toponimia canaria siempre está vinculada a las afloraciones de agua, concluyen los autores. Lo único que aflora aquí son hierros viejos.

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