Historia

La Torre del Águila sigue a la espera hacerse un hueco en la oferta cultural de Yaiza

orre del Águila
Torre del Águila

Lleva décadas buscando ejercer alguna función a la altura de su humilde dignidad, algo que prácticamente desconoce desde que perdió todo interés como fortaleza defensiva

La Torre del Águila sigue a la espera hacerse un hueco en la oferta cultural de Yaiza

La Torre del Águila es un fortín con pretensiones de castillo que no ha conseguido hacerse un hueco en la oferta cultural del municipio de Yaiza desde que fue declarada inútil para el servicio con fines militares. En 1936 fue entregada al Ministerio de Hacienda, así que lleva décadas buscando ejercer alguna función a la altura de su humilde dignidad, algo que prácticamente desconoce desde que perdió todo interés como fortaleza defensiva. Fue rehabilitada en 1989.

Fue diseñada en 1741

El Castillo de Las Coloradas, como también es conocido, pareció encontrar su destino en agosto de 2018, cuando el Ayuntamiento de Yaiza y los Centros Turísticos firmaron un convenio para la prestación del servicio de gestión de la visita y mantenimiento del fortín. Se pretendía recuperar y poner a disposición de turistas y residentes un edificio histórico que albergaría un espacio expositivo que el consistorio destinaría a sus iniciativas culturales. Duró poco.

Diseñada en 1741, siguiendo el mismo patrón de torres similares que se levantaron en otras islas —Gando, El Confital, Caleta de Fustes…— su construcción se alargó varios años. Fue emplazada en las cercanías de donde estuvo el primitivo Rubicón Histórico, construido por el conquistador normando Jean de Béthencourt, pero, nada más concluir su edificación, el bastión fue asaltado e incendiado por piratas argelinos, reconstruyéndose en 1769, año que figura en la inscripción que corona la puerta de la torre. 

Declarada Monumento en 1949

La Torre del Águila, es uno de los escasos Bienes de Interés Cultural (BIC) declarados en el municipio. El BIC del Castillo de Las Coloradas fue declarado Monumento en 1949. Tiene una planta circular y una torreta a modo de campanario y fue construido con piedra de cantería, cal y madera de tea. Las dependencias estaban formadas por un dormitorio para la tropa, tres cuartos, un almacén para la pólvora, un calabozo y dos aljibes

La fortificación presenta dos notas destacadas. La primera es su reducido espacio interior, de nueve metros de diámetro, que se extiende sobre una superficie de 280 metros cuadrados. Y la segunda es la desafortunada intervención en la escalera de sillería que da paso al puente levadizo, realizada hace años en piedra de basalto pulida. Un verdadero despropósito que atenta contra los más elementales principios de la restauración de bienes históricos.

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