PESCA
Reserva marina de pesca, del rechazo a la aprobación

La declaración de la reserva marina de La Graciosa generó un agrio debate que se ha diluido con el paso del tiempo: hoy nadie discute su conveniencia.
Un 20 de enero, pero de 1999, se publicó una Orden por la que se modificaba otra anterior del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, de 1995, por la que se establece una reserva marina en el entorno de la isla de La Graciosa y de los islotes situados al norte de Lanzarote. Esta modificación, introducida hace veinte años, tenía que ver sobre todo con la regulación de las actividades submarinas. Desde el primer momento, la declaración de la reserva marina generó un agrio debate que se ha diluido con el paso del tiempo: hoy nadie discute su conveniencia.
Creada a iniciativa del sector pesquero, la aceptación generalizada de esta figura de protección en el Archipiélago Chinijo no se ha producido por arte de magia. Como en toda reserva marina cuando es declarada, al poco tiempo se manifestó una recuperación significativa de las especies. Y no sólo dentro de los límites de la reserva, sino que los caladeros en los que está inserta también se han visto beneficiados por efecto de la dispersión de las especies cuya reproducción se ha protegido en su interior. Así que todo el mundo contento.
Hay diez reservas marinas de pesca en España, dos de ellas en Canarias
Las reservas marinas persiguen una explotación sostenida de los recursos de interés pesquero, estableciendo medidas de protección específicas en áreas delimitadas de los caladeros tradicionales. Estas áreas deberán reunir determinadas características que permitan la mejora de las condiciones de reproducción de las especies de interés pesquero y la supervivencia de sus formas juveniles. Es decir, en estos espacios marítimos no cabe ni la sobreexplotación ni la pesca con métodos no tradicionales.
Hay diez reservas marinas en España, dos de ellas en Canarias: La Restinga-Mar de las Calmas en el Hierro y el Archipiélago Chinijo. Desde hace años se habla de declarar nuevas áreas, pero por unas u otras razones no ha sido posible. España es el segundo país europeo con más superficie marina protegida en la Unión Europea, tras el Reino Unido, y que supone la cuarta parte de la superficie marina que la Unión tiene incluida en la red Natura 2000. La reserva de La Graciosa y los Islotes tiene una superficie de 70.700 hectáreas y su gestión depende de la Secretaría General de Pesca del Estado y de la propia Comunidad Autónoma de Canarias.
Hay un afloramiento de aguas frías y ricas en nutrientes de la cercana costa africana
Las aguas del Archipiélago Chinijo se caracterizan por el afloramiento de aguas frías y ricas en nutrientes producido en la cercana costa africana y que es el responsable, en gran medida, del caudal pesquero de la zona. Junto a ello, sobresale la extensa plataforma continental que hace que los fondos sean poco profundos y, por lo tanto, bastantes iluminados. Predominan los fondos rocosos y abruptos con abundantes cuevas, grietas y túneles, en una amplia plataforma marina, excepcional en el Archipiélago. Abundan las especies vegetales que forman praderas sebadales (Cymodocea nodosa).
La reserva tiene forma rectangular y alberga abundantes especies animales, algunas de ellas raras en el resto de Canarias. Esponjas, briozoos y gorgonias rojas y amarillas dan colorido a los fondos. Las aguas son ricas en especies de interés pesquero. Algunas especies son la dorada (Sparus aurata), la lubina o róbalo (Dicentrarchus labrax) y la vieja (Sparisoma cretense) así como, en las zonas más profundas, la merluza (Merluccius merluccius), que es de gran interés para la pesca artesanal. Son comunes especies típicas de zonas bien conservadas como el mero (Epinephelus guaza), el abade (Mycteroperca rubra) y el pejeperro (Bodianus scrofa), y también abundan las pelágicas como bicudas o agujas (Belone belone gracilis), medregales y seriolas (Seriolas ssp.).