CINE EL ALMACÉN

“Elle”, de Paul Verhoeven

“Elle”, de Paul Verhoeven

2016 será recordado como un año de buena cosecha cinematográfica, especialmente por varios títulos que se dieron a conocer en el pasado Festival de Cannes y que poco a poco van asomando por las carteleras de cine, incluso aquí en Lanzarote. Hace unos días se estrenaba “Toni Erdmann” en el marco de la Muestra de Cine. Y esta misma semana tendremos oportunidad, gracias a la programación habitual del CIC El Almacén, para otra de esas películas clave: “Elle”, del legendario director holandés Paul Verhoeven, revivido para el cine con esta nueva obra maestra. No nos podremos quejar.

El nombre de Verhoeven puede asociarse a hitos comerciales como “Robocop”, “Desafío total” o “Instinto básico”, una vez se le abrieron de par en par las puertas de Hollywood, pero sin renunciar nunca a sus señas de identidad más características: la crítica corrosiva a las desigualdades sociales, valiéndose de la sátira y de un humor muy negro e irreverente. Y la reivindicación del sexo como elemento transgresor de hábitos y costumbres, una de sus principales divisas desde los tiempos de “Delicias turcas” en su país natal. El fracaso de “Showgirls” a mediados de los noventa lo condenó a un destierro creativo que muchos pensamos que ya no podría superar. Lo dimos por muerto y enterrado. Hasta que después de veinte años llega “Elle”.
 
La película arranca con el asalto y violación de una mujer en su propia casa por un encapuchado. Pero la reacción posterior de la mujer, que sigue como si nada con su vida cotidiana, ya nos desconcierta. Es solo el primer requiebro de una película que se transforma y nos sorprende a cada nuevo paso. La estirada burguesía parisina es el blanco al que apunta Verhoeven en esta ocasión, con la impagable participación de Isabelle Huppert, actriz especializada en personajes turbios y retorcidos, imprescindible para esta trama en que se trastocan los roles atribuidos a víctimas y verdugos.
 
“Elle” es ante todo una película libre, rebosante de ideas y de aristas. La libertad es el precio con que Verhoeven ha pagado tantos años de ostracismo. Ahora vuelve para ser él mismo, una vez más. Mucho antes de su periplo americano, a Verhoeven empezamos a admirarlo en los viejos cines de barrio de Arrecife. Recordamos en particular “Spetters”, titulada en España “Vivir a tope” (y clasificada “S”), en las butacas de madera del Cine Hollywood. Verhoeven vuelve a la cartelera de Lanzarote por todo lo alto. No se pierdan “Elle” por nada en el mundo.
 
Marco Arrocha

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