Los límites de Lobos

Las islas tienen límites, como el planeta, sólo que se aprecian con más claridad debido a su pequeña escala. En Fuerteventura lo tienen claro, pero con la isla de Lobos. El Cabildo majorero anuncia que en la primera quincena de enero iniciará el control sobre la capacidad de carga de la islita, y que está fijada en estos momentos en 200 visitantes simultáneos. Capacidad de carga es el concepto que se maneja, y que no resulta fácil de establecer. Para unos es infinita, mientras que para otros se desbordó ampliamente hace bastante tiempo con las visitas incontroladas.
 
Embarcaciones y personas vinculadas históricamente al islote de Lobos están siendo consultadas para adoptar un conjunto de actuaciones que garanticen la preservación de este territorio, que goza de la declaración de espacio natural protegido. De momento se sabe que habrá que abonar una tasa para acceder a Lobos, cuya recaudación irá destinada a su conservación, limpieza y vigilancia. Una ecotasa, míra tú por dónde… Aquí, además, se han detectado dos yacimientos arqueológicos de extraordinaria importancia que reclaman realizar un museo de sitio, al aire libre, ya que se habla de un posible asentamiento romano.
 
La experiencia pudiera ser de utilidad para las islas cercanas, como Lanzarote y Fuerteventura, aunque me apuesto lo que sea a que, en tal caso, no pasará de la teoría.

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