Alquiler vacacional, apartamento vacacional, apartamento turístico, vivienda vacacional, piso turístico, vivienda turística de corta duración… Llámalo como quieras, pero lo cierto es que las principales ciudades españolas empiezan a ponerle coto a esta actividad que, no obstante, democratiza el negocio turístico. Mientras tanto, el Gobierno de Canarias no se atreve a regularizar y limitar, de momento, esta actividad cuando solo falta un año para las elecciones autonómicas. Quizá no sea prudente enfadar a los propietarios de las 131.000 camas en viviendas vacacionales censadas en Canarias en 2017.
El alquiler vacacional tiene dos caras. Aunque con sus riesgos, unos lo consideran una manera de democratizar el negocio turístico, mientras que para otros no es sino una fuente de problemas. El caso es que, frente a la ausencia de respuestas, la Fundación César Manrique (FCM) ha organizado un seminario denominado ‘Alquiler vacacional. ¿Qué hacemos?’. Con esta iniciativa, pretende precisamente abordar los problemas jurídicos, fiscales, sociales, competenciales, urbanísticos, administrativos y de otro tipo derivados de esta actividad económica, y “en los que entran en conflicto diversos intereses legítimos”.
El debate subraya la expulsión de trabajadores de los núcleos turísticos
Como en otros lugares, en Lanzarote preocupa, y mucho, el alquiler vacacional, sobre todo, por los efectos negativos que despliega: encarecimiento desorbitado de los alquileres, burbuja inmobiliaria, carencia de vivienda para alquilar, gentrificación de los barrios, problemas de convivencia entre turistas y residentes… En Canarias, el debate social también subraya la expulsión de trabajadores y residentes de las zonas aledañas a los núcleos turísticos o de su interior, como resultado de la subida de los alquileres propiciado, entre otros factores, por el alquiler vacacional de las viviendas disponibles.
En medio de la incertidumbre, la complejidad y la confusión que implica el proceso de debate y el reclamo de regulación, “el malestar ciudadano crece”, subraya la FCM. Por eso es necesario disponer de foros de reflexión y debate que contribuyan a cualificar las decisiones futuras que no pueden dilatarse en el tiempo. De ahí esta iniciativa de la institución cultural.
Hay otro aspecto que ocupa un lugar central en el debate que se ha abierto. La demanda de ‘Todo Incluido’ ha aumentado un 80,26 por ciento entre 2010 y 2017, por lo que cada vez son más los turistas que realizan en el hotel casi todo su gasto en el destino, aquí, en Canarias. A la vez, el empleo turístico es precario y el paro sigue en tasas próximas al 20 por ciento. El dilema está servido, ¿qué es preferible, que los turistas se alojen en un hotel y no se gasten fuera ni un euro o que se alojen en una casa vacacional y se gasten todo en la calle?
Una Orden de 1967 dio entrada a miles de propietarios canarios en el negocio
Las viviendas vacacionales son un híbrido entre un alojamiento turístico y un arrendamiento para uso distinto de vivienda. Por un lado, se equiparan a un alojamiento turístico como inmuebles con fines turísticos, y, por otro, se asemejan al arrendamiento de una edificación habitable, pero sin tener como destino primordial la vivienda habitual del arrendatario. Sin embargo, no es una nueva modalidad turística, ya que una Orden Ministerial de 1967 aprobó la ordenación de los apartamentos y bungalós de carácter turístico, dando entrada a miles de pequeños propietarios canarios en el negocio del turismo. Una fórmula habitual era alquilarlo reservándose el disfrute durante uno o dos meses al año.
El seminario sobre el alquiler vacacional organizado por la FCM se celebra los días 17 y 18 de mayo. Lleva por título ‘Alquiler vacacional. ¿Qué hacemos?’ y tendrá lugar en la Sala José Saramago (La Plazuela, Arrecife). El enfoque por el que se ha optado es fundamentalmente el de la perspectiva jurídica. En las ponencias, coloquios y mesa redonda participarán cinco profesoras de Derecho de diversas universidades estatales. Para el último día se ha programado una mesa redonda con el título ‘Alojamiento colaborativo, ¿un nuevo caballo de Troya, o una oportunidad social?’.
Lanzarote, 6.096 viviendas y 25.934 camas
Lanzarote cuenta con 6.096 viviendas vacacionales y 25.934 camas en esta modalidad. Esto supone la cuarta parte del total de camas de la isla, ya que la oferta reglada es de 75.000 camas. Por tanto, la isla ofrece en la actualidad cien mil plazas alojativas, con una proporción de dos plazas turísticas por cada tres residentes.
La oferta de alquiler vacacional en la isla supone el 20 por ciento del total de Canarias, que cuenta con 131.000 plazas. Este segmento del negocio turístico facturó en las Islas más de 700 millones de euros en 2017. El año pasado, uno de cada diez turistas llegados a las Islas se inclinó por la modalidad del alquiler vacacional para alojarse.
El factor que hace muy atractivo el alquiler vacacional es que el precio medio por noche es de 100 € para una casa de cuatro camas. Tenerla ocupada durante medio mes arroja una renta de 1.500 euros; esa es la razón por la que muchos propietarios huyen del alquiler convencional de larga duración y optan por este sistema.
Por otro lado, la demanda de alquiler vacacional en el último año aumentó un 13,7 por ciento. En relación con su número y localización municipal, Yaiza tiene 1.654 casas vacacionales, seguida de Teguise con 1.423 y Tías con 1.545. Arrecife cuenta con 337.