EFEMÉRIDE
Treinta años sin Agustín de la Hoz Betancort
Este año la Casa de la Cultura de Arrecife ha recuperado el nombre que acordó por acuerdo del Pleno municipal. Falleció en La Laguna el 11 de agosto de 1988.
La Casa de la Cultura de Arrecife ha recuperado el nombre de Agustín de la Hoz Betancort coincidiendo con el trigésimo aniversario de la muerte del escritor e historiador nacido en Arrecife en 1926. Agustín falleció en La Laguna el 11 de agosto de 1988, hoy hace treinta años.
La edición impresa de El País del lunes, 15 de agosto de aquel año, publicaba una breve reseña sobre su muerte: “El escritor e historiador Agustín de la Hoz, máximo exponente de la vida cultural de Lanzarote, falleció el pasado viernes en Tenerife tras una grave enfermedad. De la Hoz Betancort, autor del libro más representativo de su isla natal, titulado Lanzarote (1962), había sido propuesto antes de morir, a los 62 años, como Hijo Predilecto de la misma, y dio nombre a una de las calles de su capital, Arrecife. En su diversa producción literaria se remitió siempre deliberadamente a los rasgos físicos e históricos de la personalidad de Lanzarote, en otras obras como Cueva de los Verdes, Historia del periodismo lanzaroteño o Víctor Fernández, poeta de las Breñas. Dejó inconclusos varios libros, entre ellos La mar que he visto, en el que rendía homenaje a una de sus aficiones más predilectas: los barcos”.
La obra de Agustín de la Hoz se ha ido publicando tras sumuerte
A mediados de los cincuenta del siglo pasado, Agustín de la Hoz comienza a colaborar en Diario de Las Palmas. En este periódico escribe artículos sobre La gran desconocida. Fruto de su pasión y actividad investigadora vio la luz en 1962 su obra Lanzarote, en la que deja memoria de gentes, sucesos, geografía e historia. Reeditado por el Cabildo Insular en 1995, el libro es un premio a su tierra natal, en el que “Agustín de la Hoz quiere recoger (…) la vida milenaria de la isla, recorriéndola palmo a palmo, valorando el heroísmo de este pueblo sufrido llamado a una existencia mejor”. Ningún rincón lanzaroteño, por muy pequeño que fuera, escapó a su mirada.
La obra literaria y de investigación inédita de Agustín de la Hoz sobre la historia, el paisaje y el paisanaje de la isla, entonces dispersa, se ha ido publicando tras su muerte. Ya no resuena el eco de su continua reivindicación de nuestros prohombres, antiguos personajes literarios y culturales de la isla, y de lo que él llamó espíritu lanciloteño, con cuya defensa apelaba a unos ideales que se consumían con el desarrollismo mal entendido.
‘Apuntes de una historia del periodismo en Lanzarote’ vio la luz este año
Otros libros de Agustín de la Hoz son Alba detenida, poema en prosa, 1954; Cueva de los Verdes, 1966 (premio nacional); Coplas de Víctor Fernández, 1977; Agustín de la Hoz en Lancelot. Obra periodística (1981-1988), 1996; El Charco de San Ginés. Entresijos de su ser y su vida, 2008; Arrecife de ver pasar, 2010; y Apuntes de una historia del periodismo en Lanzarote, 2018. Este último, fechado en 1963, es una de las obras que Agustín de la Hoz dejó inacabadas y que vio la luz este año, una vez más, a la iniciativa de Benchomo Guadalupe Oliva, responsable del Archivo Histórico Municipal de Arrecife.
En las páginas de las publicaciones regulares que han visto la luz en Lanzarote desde mediados del siglo XIX, Agustín de la Hoz detectó atributos de nobleza, pues ellas reflejan lo mejor que la isla ha dado a la vida. En alguna ocasión puso negro sobre blanco: “Lo de siempre: el caciquillo desprecia la inteligencia y el político no quería más que servidores”. En esencia, el periodismo en el XIX estuvo cercado por los mismos males que en el XXI.
“En la sociedad conejera ha regido una bárbara ley de selección negativa”
Su concepción de la profesión la dejó bien señalada, pues su misión es “construir algo positivo, de hacer el bien por el bien mismo, de servir a la sociedad más desamparada por el poder público y saltar a la palestra con dignidad y altura de miras cuantas veces sea necesario (…) para airear y combatir sin estridencias y rectamente las injusticias e irresponsabilidades que se le demanden o para buscar hacia afuera la identidad que a veces nos falta por dentro”.
A medida que Agustín de la Hoz repasa las páginas de los distintos periódicos, pone de relieve que los carentes de voz buscan la manera de expresarse, progresar y emanciparse frente al caciquismo. Entre las páginas amarillentas de los incontables ejemplares en los que Agustín buceó, acertaría a atisbar personas enormes que contribuyeron a la mejora de la isla, la inmensa mayoría de ellas —por no decir todas— condenada al olvido. Quizá por eso, criticó tanto que “en la sociedad conejera ha regido una especie de bárbara ley de selección negativa que escoge los mejores, no para reconocerlos, sino para marginarlos, primero, y hundirlos después”.
Agustín de la Hoz en la Feria del Libro 2018
El periodista y escritor Agustín de la Hoz Betancort (Arrecife, 1926-La Laguna, 1988) protagonizó la XXIII Feria del Libro de Arrecife, celebrada en la pasada primavera. El Ayuntamiento de Arrecife reconoció así la importancia de la trayectoria literaria del autor.
En 1989 el Ayuntamiento, en homenaje a su memoria, acordó denominar la Casa de la Cultura con su nombre. En 2008, su viuda, Pilar, y su hija, Nereida, cedieron desinteresadamente al Consistorio el fondo documental de Agustín, que se encuentra depositado en el Archivo Histórico de la ciudad bajo la custodia formal y afectiva de Benchomo Guadalupe, su biógrafo.