INMIGRACIÓN
Mauritania desmantela una red de tráfico de migrantes y falsificación de visados
17 de junio de 2025 (07:55 h.)
Mauritania se ha convertido en un punto clave en las rutas migratorias hacia Europa, y la mayoría de las personas que transitan por el país tienen como destino final Canarias
Las autoridades mauritanas desarticularon este lunes en la capital Nuakchot una red dedicada al tráfico de migrantes y a la falsificación de visados, informó la Policía de Mauritania en un comunicado.
Mauritania se ha convertido en un punto clave en las rutas migratorias africanas hacia Europa, y la mayoría de las personas migrantes que transitan por el país tienen como destino final Canarias.
La operación, realizada entre la noche del domingo y la mañana del lunes en la capital, fue llevada a cabo por la brigada de investigación judicial de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Migrantes y la Trata de Personas.
El grupo desarticulado estaba compuesto por seis personas, entre ellas cuatro mauritanos y dos extranjeros, y se dedicaba a falsificar visados de entrada a terceros países, que luego eran vendidos a migrantes por sumas que oscilaban entre los 1.700 y los 2.000 euros.
Durante la intervención, las autoridades confiscaron medio centenar de pasaportes de distintos países africanos, así como un ordenador, una impresora y otros instrumentos utilizados en la falsificación.
También fueron incautados sellos de entrada y salida de algunos países, cuyos nombres no fueron precisados.
Mauritania se ha convertido en un punto clave en las rutas migratorias africanas hacia Europa, y la mayoría de las personas migrantes que transitan por el país tienen como destino final Canarias.
La operación, realizada entre la noche del domingo y la mañana del lunes en la capital, fue llevada a cabo por la brigada de investigación judicial de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Migrantes y la Trata de Personas.
El grupo desarticulado estaba compuesto por seis personas, entre ellas cuatro mauritanos y dos extranjeros, y se dedicaba a falsificar visados de entrada a terceros países, que luego eran vendidos a migrantes por sumas que oscilaban entre los 1.700 y los 2.000 euros.
Durante la intervención, las autoridades confiscaron medio centenar de pasaportes de distintos países africanos, así como un ordenador, una impresora y otros instrumentos utilizados en la falsificación.
También fueron incautados sellos de entrada y salida de algunos países, cuyos nombres no fueron precisados.