TRIBUNALES

Un juzgado de Arrecife perdona una deuda de 308.716 euros derivada de préstamos e intereses abusivos

Juzgados de Arrecife.
Juzgados de Arrecife.
Durante tres años y medio, el matrimonio ha tenido que superar numerosos obstáculos hasta que finalmente se ha aplicado la Ley de la Segunda Oportunidad
Un juzgado de Arrecife perdona una deuda de 308.716 euros derivada de préstamos e intereses abusivos

El Juzgado de Primera Instancia Número 2 de Arrecife ha perdonado una deuda de 308.716 euros a un matrimonio vecino de Arrecife, al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad y exonerarles del pasivo insatisfecho. Cabe decir que la pareja, clientes del despacho Bergadà Asociados, se vio envuelta en una situación de insolvencia tras la solicitud de varios préstamos y tarjetas de crédito con intereses abusivos, que produjeron una rueda de préstamos sin fin.

En cuanto al inicio de las deudas, éstas se remontan al año 2011, "cuando con la que ahora es mi exmujer empezamos a pedir préstamos mediante tarjetas de crédito para solventar contratiempos, pero no las acabábamos cerrando por los intereses abusivos. Nos separamos y conocí a la que actualmente es mi pareja, pero la fui arrastrando sin darnos cuenta hacia la insolvencia que yo ya tenía", comenta el hombre. Asimismo, añade que "siempre pedíamos préstamos con la intención de liquidar otros, pensando que era la forma correcta de hacerlo, pero la bola de las deudas se fue haciendo cada vez más grande".

Ante tal situación, él y su actual pareja decidieron buscar remedio y contactaron con un despacho de abogados. "Buscando por Internet descubrimos la Ley de la Segunda Oportunidad y que ese despacho llevaba casos como el nuestro. Pero no hicieron absolutamente nada y encima nos cobraron unos 1.000 euros. Tan sólo se ponían en contacto con nosotros para cobrar, hasta el punto en que nos dijeron que teníamos una cita para ir a un notario, pero ésta no se había ni concertado", argumenta.

Tres años y medio muy duros por los contratiempos

Pese a todo, no ha sido un camino fácil el que han tenido que recorrer durante los últimos tres años y medio, "ya que ha estado plagado de obstáculos", argumenta Bergadà. "Inicialmente nos empezaron a llegar numerosos embargos, sobre todo de las nóminas. También había demandas y ejecuciones que nos llevaban a la desesperación. Por suerte, siempre que hablábamos con Marta Bergadà nos tranquilizaba y buscaba soluciones", comenta el cliente del despacho .

Además, "sufrimos en primera persona el acoso de los bancos. Eran innumerables las llamadas que teníamos cada día en nuestro teléfono. Pero, además, también llamaban a casa de mis padres, a mis hermanos y a nuestro puesto de trabajo. Incluso, nos amenazaron diciendo que si no pagábamos las deudas enviarían a una persona disfrazada de payaso para que estuviera gritando desde la calle día y noche que debíamos dinero", lamenta.

Asimismo, el hombre comenta que "vivimos en una localidad donde todos nos conocemos y desde hace 17 años trabajo en la administración pública, por lo que al final todo el mundo sabía de nuestra situación. Por suerte, siempre hemos recibido mucho apoyo. Es más, los dos somos minusválidos y, además, durante este periodo de tiempo mi mujer sufrió un cáncer, pero no respetaban ni que estuviéramos en el hospital. Todo esto nos ha unido más como matrimonio".

Una fecha que nunca olvidarán

El pasado 15 de junio el juzgado de Arrecife emitía el correspondiente auto en el cual perdonaba al matrimonio la deuda de 308.716 euros gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad, aplicando así la exoneración del pasivo insatisfecho. Además, conservan su vivienda habitual. "Es una fecha que nunca olvidaremos y que a día de hoy seguimos sin creernos por todo el sufrimiento que hemos tenido. Incluso, podemos conservar nuestra vivienda, la cual está en un bloque de pisos donde viven mis padres y uno de mis hermanos, y eso para nosotros es muy importante", expone el cliente.

También reconoce que "ahora necesitamos un periodo de adaptación a la nueva situación, porque no ha sido nada fácil. Nos seguimos pellizcándonos diariamente y revisando el auto para confirmar que es verdad. Pero ahora ya podemos salir a la calle con la cabeza alta, sabiendo que no tenemos deudas, y empezar a vivir de nuevo, como si respiráramos aire puro. Volvemos a vivir", concluye.

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