La presidenta honorífica

El pleno del Cabildo de Tenerife tramita hacer presidenta honorífica y perpetua de la Corporación a la Virgen de Candelaria. La fiebre se extiende. Medallas policiales y medallas de oro a imágenes religiosas… Cuando pensábamos que la fiebre era pasajera, resulta que no, que hay representantes públicos que arrastran más las sotanas que los religiosos más fervientes y ultra ortodoxos. Pues sí, has leído bien. El pleno del Cabildo de Tenerife ha aprobado por quince votos contra once el inicio del expediente para hacer presidenta honorífica y perpetua de la Corporación a la Virgen de Candelaria. Sí, una imagen en madera que es venerada como la patrona de la isla por la iglesia católica. Más allá del fervor y el arraigo que la imagen tiene entre cierto sector de la población tinerfeña, la iniciativa no deja de ser un desbarre provinciano fuera de época y un contrasentido en una institución que debiera estar ajena a las confesiones religiosas, con independencia del credo y el perfil moral de cada uno de los consejeros que conforman el pleno.

   

La aprobación del expediente conlleva la formación de una comisión de políticos y especialistas que tramitarán esta distinción, antes de su consideración definitiva por el pleno. Se desconoce, no obstante, si piensan convocar a la Virgen para preguntarle su opinión y, si llegado el caso, ésta aceptará la invitación, o bien si algún representante de la jerarquía acudirá para invocar los méritos que concurren en la proclama. En el Cabildo aseguran que el Reglamento de Distinciones Honoríficas permite distinguir los símbolos comunes, “y la Virgen de Candelaria está presente como tal desde hace 500 años en la cultura, la música y el arte”. Cogidito con calzador. También aseguran que promover a la Virgen a la presidencia honorífica del Cabildo no tiene que ver con motivos políticos o electoralistas. No, qué va, imaginaciones nuestras…

 

El estado febril no afecta únicamente a políticos de corte conservador, como los de ATI-CC y PP en Tenerife, que están a la derecha del centro-derecha. No, a pesar de que a los anteriores ministros del Interior les dio la venada de imponer medallas policiales y reconocer algunas imágenes de su particular devoción, y que coparon muchos titulares de prensa. La fiebre también ha llegado a algunos supuestos iconoclastas de izquierdas, como el podemita alcalde de Cádiz, que otorgó la Medalla de Oro de la ciudad a la Virgen del Rosario, patrona de la Tacita de Plata. Llegados a este punto, debe subrayarse que la iluminación transitoria no afectó a todo del pleno del Cabildo de Tenerife. A favor votaron CC y PP y en contra lo hicieron los cinco consejeros de Podemos y seis de los siete del PSOE, partido que dio libertad de voto. Para algunos, la aconfesionalidad del Estado es papel mojado, pero, usando un término chicha, ¡cómo se puede ser tan mago!