Opinión

Una nueva visión para imaginar un nuevo Tías.

Foto: Archivo
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Una nueva visión para imaginar un nuevo Tías.

Decía Nelson Mandela que «La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo». Creo firmemente en estas palabras que me han impulsado de una manera u otra a participar en política de la mano de Nueva Canarias y el proyecto Isla-Hogar que han venido diseñando para Lanzarote y La Graciosa. 

Siempre tuve una vocación educativa, prueba de ello es mi formación y trayectoria enfocada en la educación desde los 16 años. Antes de convertirme en Maestra ya dedicaba mi tiempo al voluntariado en diversas asociaciones juveniles y ONGs. Durante este tiempo conocí algunas de las realidades más complejas de nuestra geografía canaria. 

Cuando finalicé mis estudios universitarios me incorporé a la docencia mientras continuaba formándome (en la actualidad imparto docencia en el CEIP La Asomada-Mácher). A medida que conocía el funcionamiento del sistema educativo tanto en el ámbito público como en el privado, las nuevas corrientes de enseñanzas y la importancia de la neurociencia, me fui implicando cada vez más en lo social. Pero siempre rondaba en mí la idea de que algo no funcionaba bien. El sistema educativo canario, basado en el sistema educativo español, estaba caduco y carecía de sentido sin un profesorado y un sistema enfocado al entorno más cercano, completamente diferente a un territorio peninsular y continental europeo que no cumple con las demandas de nuestro pueblo ni da respuestas reales a las necesidades del alumnado isleño. 

La canaridad y la política canarista siempre estuvieron presentes en mi vida a través de mi padre, mi madre y mi hermano. Tuve una infancia donde el sentir de lo canario y la defensa de nuestra tierra protagonizaban los alegatos en el hogar. Pero fue cuando conocí a Yoné Caraballo y el proyecto de NC Lanzarote, Isla-Hogar, que me animé a participar activamente en la vida política pública y orgánica. A un proyecto así no pude ni quise decir que no. Además, hacía tiempo que quería recuperar esa vocación de servicio a los demás que siempre me acompañó durante mi juventud y, a día de hoy, me sigue motivando. 

Todo ocurrió bastante rápido y, de repente, me encontré escribiendo artículos, yendo a las tertulias de radio y organizando el Comité Local de NC en Tías. Pero no estaba sola, junto a mí, un equipo de personas que sentían la misma vocación de servicio público que yo estaban creando un proyecto común, una idea de isla y país que nos obliga a imaginar un futuro mejor para nuestro pueblo desde el bienestar y el bien común. 

La Isla-Hogar que imaginamos se va construyendo municipio a municipio, pueblo a pueblo, con propuestas y proyectos que cuidan a nuestra gente, nuestro entorno y preserva nuestra cultura. En Tías, también imaginamos y trabajamos para que se conviertan en realidad. 

A nadie se le escapa que el principal sector económico del municipio de Tías es el turismo, sin embargo, esto no fue siempre así. Hace algunas décadas el sector primario suponía la mayor fuente de ingresos del municipio, y poco a poco fue cesando su actividad con cultivos prácticamente abandonados donde en los lugares de pastoreo se construyeron edificios para el turismo. Desaparecieron, entre otros legados, las salinas de Matagorda. 

Este es el pasado reciente del municipio de Tías, y aunque es obvio que no podemos cambiar los errores cometidos, sí es posible aprender de ellos para construir un mejor futuro. Por ello, desde el nuevo Comité Local de Nueva Canarias en Tías proponemos un programa básico con tres ejes de acción:  

Promover un turismo sostenible en el que se ponga la mirada en la rehabilitación de lo que ya tenemos; en la diversificación de la oferta turística y en la necesidad de primar la calidad frente a la cantidad. Si alguien se da una vuelta por Puerto del Carmen y analiza cómo está planificada, se dará cuenta que es un sinsentido urbanística y demográficamente. 

Potenciar una diversificación de la economía que incluya la reactivación del sector primario que permita aumentar el consumo de productos del país, con propuestas que hagan atractivo y viable el empleo en estos sectores y estimulando así la creatividad y la emprendeduría en la formación de los jóvenes del municipio. Necesitamos que la riqueza que genera el turismo esté bien repartida entre todos los sectores y población residente. Que un joven formado en comunicaciones o empresariales también tenga una oportunidad laborar acorde a su formación. 

Transformar los espacios de convivencia como nuestros pueblos, convirtiéndolos en entornos donde las personas de todas las edades y condiciones puedan crear comunidad, acompañarse en su proceso vital, acceder a servicios públicos de calidad, compartir espacios de ocio, deporte, cultura y educación, sentirse incluidos e interconectados con otros pueblos mediante un sistema de trasporte público de calidad, crear espacios verdes y sostenibles, e impulsar la “economía del caminar” que vaya generando una verdadera transformación en los hábitos de movilidad urbanos. No se trata de eliminar o restringir los vehículos, sino de ir adaptándonos a las exigencias del cambio climático que ya está entre nosotros. Un municipio resiliente y emprendedor que planifica a medio y largo plazo. 

El psicopedagogo italiano Francesco Tonucci en su libro "La ciudad de los niños y las niñas" nos habla de que las cosas más importantes en la educación de los niños ocurren “fuera y juntos”. Fuera de la escuela y de las casas y juntos con otras personas. Así, las ciudades, los pueblos y los barrios son el espacio donde la escuela y la familia deben posibilitar otros aprendizajes. Para Tonucci, “las ciudades no valen tanto por lo que ofrecen sino por lo que permiten”. Nos permite salir, caminar, convivir y ser felices. Eso queremos para Tías: “un municipio para todos y todas es un municipio que nos cuida”. 

Por Arminda Barreto, Portavoz del Comité Local de NC en Tías. Maestra del CEIP La Asomada-Mácher. 

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