Opinión

César comprometido

Quisiera comenzar mi intervención justificando mi afirmación de que este acto dignifica al propio Ayuntamiento de Arrecife. Lo creo sinceramente. Creo que cuando una colectividad premia a los mejores entre los suyos se ennoblece a sí misma, pues al reconocerles méritos y valores dignos de distinción y emulación hace suyos, en cierta medida, esos méritos y esos valores. Cuando, además, este reconocimiento viene a poner remedio a un olvido imperdonable, que ha adquirido el carácter de deuda, un acto como el que hoy celebramos supone una enorme satisfacción que estoy segura compartimos.
 
Creo que esa capacidad de incomodar, de obligar a reflexionar, tenía como destinataria a la sociedad insular
(…) Como bien señala el instructor, el artista polifacético (pintor-escultor-arquitecto-urbanista) fue capaz de cultivar también su faceta de activista en el más amplio y completo sentido del término. César no se limitó a ejercer como defensor de determinadas causas sino que fue capaz de alumbrar nuevas preocupaciones que hasta el momento no habían formado parte del debate insular. César obligó a una sociedad inmersa en un presente vertiginoso a reflexionar sobre lo incierto de su futuro apoyándose sólidamente en un pasado que no podía ni debía ser ignorado. César fue capaz de señalar con un acierto y una clarividencia que hoy no queda más remedio que reconocer y admirar, que crecimiento y bienestar no siempre son sinónimos y que, incluso, en ocasiones actúan como antagonistas. 
 
Ese César comprometido y vehemente, ha sido descrito con acierto como incómodo para el poder y es cierto. Creo, sin embargo, que la capacidad de César para generar esa incomodidad, que califico como constructiva y considero imprescindible, desbordaba los límites del poder y no tenía como destinatarios exclusivos a quienes lo detentaban. Creo, sinceramente, que esa capacidad de incomodar, de obligar a reflexionar, tenía como destinataria a la sociedad insular y, además, a quienes en el futuro continuaríamos habitando este territorio. Y ese es, si me lo permiten, uno de los valores fundamentales del legado de César Manrique: su capacidad para continuar interpelándonos con un mensaje que no solo no ha perdido ni un ápice de vigencia sino que resulta imprescindible para interpretar el mapa de la realidad que transitamos. Ese es, también, y es justo reconocerlo, el mérito que hoy nos reconocemos como colectividad: nuestra firme voluntad de continuar siendo receptivos al mensaje de César y aceptarlo como parte imprescindible de nuestra conciencia colectiva. 
 
A los méritos debo añadir uno más que me parece obligado reconocer: la inmensa generosidad de César Manrique
A los méritos descritos debo añadir uno más que me parece obligado reconocer: la inmensa generosidad de César Manrique. César se sabía patrimonio de todas y de todos. Sabía que la simbiosis entre el artista y su tierra debía mantenerse en el tiempo y que su legado trascendía sobremanera el mero inventario de sus posesiones, sus pinturas, sus esculturas o su obra espacial. Al igual que fue capaz de advertir sobre las amenazas que aguardaban a la vuelta de los años, al igual que tuvo la visión que permitió a Lanzarote colocarse en vanguardia en el uso inteligente del territorio y sus paisajes, César tuvo la clarividencia de considerar que para que su legado pudiera ser de todas y todos no podía quedar en tierra de nadie y, con esa generosidad que exige ser reconocida, constituyó la Fundación que lleva su nombre, instituyéndola como heredera universal y administradora de ese legado. 
 
Hoy, como alcaldesa de la ciudad, tengo el honor y el privilegio de proponer a quienes integran la corporación que sumen sus votos para el reconocimiento unánime de tal distinción. Pero he de ser justa y reconocer ante ustedes que acepto el honor de realizar la propuesta pero que rechazo por completo atribuirme cualquier mérito sobre la misma. Me toca a mí, como alcaldesa, elevarla al Pleno pero reconozco públicamente que tan solo me considero como portavoz del sentir unánime de la Corporación.
 
Extracto de la intervención de la alcaldesa de Arrecife en el Pleno Extraordinario de declaración del artista como Hijo Predilecto de Arrecife.

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