Opinión

Palmera Masdache

Palmera de Masdache
Palmera de Masdache

Dicho así, palmera Masdache, la planta cobra nombre propio. Interesante opción. Tampoco estaría mal decir palmera masdache, como si masdache aludiese a una estirpe peculiar de palma, cuya especificidad consistiría en estar al mismo tiempo inclinada y ubicada en Masdache.

Masdache era y es —mutilada pero aún en sus raíces — una phoenix canariensis.

Dos cosas al respecto: una, las canariensis rara vez doblan el tronco, incluso estando sometidas a tortura hídrica. Y otra, el corrector de teclado escribe 'poesía' si se va lento al escribir 'phoenix'.

Cortando el tronco a Masdache, se atentó, por tanto, no tanto —redundemos— contra uno de los miles de ejemplares de canariensis que pueblan Lanzarote, como contra un poema diagonal devenido símbolo identitario reciente, por una parte, y, por otra, signo de la estupidez de los tiempos, en los que se airea en las redes todo lo que es singular, frágil y precioso incitando al roce personal con los lugares, los seres y las cosas. Todo por la 'experiencia', viene a ser la consigna premium. Y la gente va (vamos), roza y pasa la noticia, claro.

La mutilación de Masdache ha causado indignación generalizada, ¡cómo no! ¿Lo hizo alguien harto de que cientos de visitantes espontáneos destrozasen sus cultivos al acercarse a ella?¿perturbaban su paz, quizá?

¿Fue obra de activistas por el clima de última generación?¿O algún expulsado del paraíso que no encontró esa noche —sucedió de noche— contenedores que incendiar para expresar su frustración?

Y ¿por qué precisamente esta palmera? Pues por estar inclinada. Una puesta de sol con cocotero tumbado constituye la imagen icónica —irónica, autocorrige el teclado— de la vacación exótica playera. Apenas hay unos pocos ejemplares inclinados en Lanzarote. Cabe entender, pues, el empeño en visitar este ejemplar y anunciarlo a los cuatro vientos.

A la caza de poemas inclinados. Gratis y con aura de secreto.

La construcción del relato, eso tan woke y tan repolítico, induce la eliminación previa de cualquier atisbo de poesía. Habrá que darle una pensada a cómo poner a salvo las palmeras inclinadas

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