Opinión

La mascarilla del Gobierno de Canarias y del Cabildo

La mascarilla del Gobierno de Canarias y del Cabildo

La supuesta divulgación de datos sanitarios que no reflejan la realidad existente, y la ineficacia en la gestión sanitaria, económica y social asociada a la COVID-19, ubican a la población canaria en los niveles más bajos de seguridad, bienestar y sostenibilidad económica.
 
Es importante mencionar que este grupo de dirigentes y su comité de expertos, durante más de tres meses han permitido la entrada a nuestros aeropuertos canarios a toda persona, sin garantizar un control exhaustivo de su estado de salud. Es evidente que mientras los focos de infectados por esta trágica enfermedad azotaban varias comunidades autónomas de la península ibérica, todos estos individuos se desplazaban entre aeropuertos y puertos canarios sin ningún tipo de impedimento.
 
Los controles esporádicos de temperatura realizados no detectan ni tan siquiera en un 5% la presencia de infección por Covid, y tampoco el estado de los enfermos asintomáticos. Ha sido una autentica barbaridad la cometida por este grupo de políticos con responsabilidades públicas en nuestras consejerías, cabildos y ayuntamientos, sin duda una auténtica falta de competencia, seriedad y ética moral.
 
Asimismo, este grupo de Gobierno ha permitido la celebración de fiestas multitudinarias en numerosos núcleos de nuestro archipiélago, sin prever lo que inevitablemente podía suceder, el incremento del número de contagiados en mús de un 400 por cien, y con el añadido de numerosos jóvenes contagiados.
 
La inmigración africana ha sido un aspecto también muy importante, y que afecta a Canarias con anterioridad a 1975. África se considera actualmente uno de los continentes con mayor grupo de contagiados y desafortunados fallecimientos a causa de la COVID 19.
 
Es muy cierto que los derechos humanos son un derecho y una obligación por parte de todos y cada uno de nosotros, pero la negligencia de Ángel Víctor Torres, Dolores Corujo, Alfredo Villaba y todo un asociado de políticos con cargos públicos, han demostrado que los controles realizados son nulos, y el monitoreo de las actividades asociadas a los inmigrantes también son nefastos.
 
Una vez auxiliados, más de una treintena de inmigrantes tras su llegada a las costas de Lanzarote, estos responsables políticos mencionados se han atrevido a ubicarlos en un aula de la naturaleza (pueblo de Máguez), sin duda unas instalaciones antiguas, sin las medidas necesarias de seguridad e higiene frente a este tipo de virus, y muy lejana de poseer las condiciones necesarias para el confinamiento, seguridad, y seguimiento de jóvenes y no tan jóvenes que venían contagiados ya desde el continente africano.
 
Evidentemente, mientras varios de los residentes de Máguez habían ya sido azotados trágicamente por las negligencias asociadas a un viaje de la tercera edad hacia una comunidad autónoma con numerosa presencia del virus, ahora, Alfredo Villalba acuerda con su compañera de partido Dolores Corujo ubicar a estos seres humanos, enfermos, y sin el adecuado control, en el centro de Máguez, donde el ratio/ edad de sus habitantes supera los 60 años.
 
Por supuesto,  en momentos de alerta sanitaria todos los controles nunca son suficientes; el uso de la mascarilla disminuye las posibilidades de contagio, el aseo personal refuerza nuestra protección, la no aglomeración de personas, evita en cierta medida los contagios, etc. Mientras este grupo de políticos, incompetentes, sin preparación alguna, acompañados por el comité de expertos de Canarias (el cual aun no ha relevado su identidad), se merodean por los pasillos de las instituciones, lo que sucede en nuestras islas se resume en lo siguiente:
 
- Continúan entrando sin control viajeros procedentes de todo el globo terrestre, los cuales se pasean por nuestras playas, calles, parques, centros turísticos, etc.
 
- Continuan sin realizarse las pruebas COVID19 (molecular y anticuerpos) a todo el personal de riesgo, incluido nuestros ancianos. No se realizan pruebas aportando el criterio de prioridad, y necesidad, únicamente se realizan llamadas a determinados vecinos, consultando si realmente quieren hacerse la prueba.
 
- De todos los desafortunadamente contagiados, únicamente el 3% se encuentran hospitalizados, el resto prácticamente se confina en su casa, incluso aquellos mayores de 65, con el riesgo que esto conlleva.
 
- Lo departamentos de urgencias se niegan a recibir a pacientes, si no se trata de una causa mayor. Los médicos de cabecera, continúan realizando consultas telefónicas, y enviando a los pacientes directamente a la farmacia.
 
- Aun no se ha analizado y verificado la no presencia de COVID en el vertido correspondiente a los sistemas de saneamiento, el cual desborda en numerosas ocasiones nuestras alcantarillas, e incluso sumideros públicos.
 
- Siguen sin aportarse soluciones al sensible problema de la inmigración africana en las Islas Canarias, teniendo en cuenta que se trata de un de los continentes con mayor número de afectados globalmente.
 
- Se nota la notoriedad de compañerismo en partidos políticos, en cuanto a Ángel Víctor Torres hace vista omisa a un asunto tan relevante, sin iniciar los procesos legales oportunos para con la administración central.
 
- Omiten la importancia de aportar soluciones a la debilitada sostenibilidad económica de nuestras islas, azotadas por un confinamiento de más de tres meses, y sofocada por el cierre y quiebra de numerosas empresas y autónomos. 
 
Mientras Dolores Corujo anunciaba las importantes ayudas que el Cabildo de Lanzarote pretendía aportar a los residentes lanzaroteños, se comenta que aun no han salido ni 10 céntimos de las arcas del Cabildo como soporte a las familias afectadas. Se han salvaguardado con protocolos y documentación, enviando a los solicitantes a sus casas, confundidos y sin solución alguna.
 
Y mientras Roma se hunde, el César y sus lacayos se colman con grandes sueldos, dietas, y plenos de ayuntamiento los fines de semana. Demasiados problemas y no soluciones aportadas, una ecuación matemática que deriva sin duda a la eliminación de uno de los factores: responsables de Gobierno, cabildos y ayuntamientos.
 
Deben ustedes abandonar sus cargos, responsables de gobierno, han demostrado y continúan corroborando no solo una incompetencia demostrada, sino también irresponsabilidad absoluta. 

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