Vuelve a zarpar la esperanza

El próximo domingo 31 de agosto miles de personas de 44 países diferentes se unen en Barcelona para poner en marcha una nueva flotilla que derrumbe el muro de ignominia que rodea al genocidio israelí en Gaza. A las embarcaciones que parten desde la Ciudad Condal se unirá una segunda flotilla que saldrá el 4 de septiembre desde Túnez.
Desde Lanzarote mostramos nuestro apoyo a esta iniciativa, que pone en valor en estos tiempos de masacre e hipocresía la decidida apuesta de la ciudadanía a nivel mundial por seguir denunciando un crimen contra la humanidad consentido por la inacción de la mayoría de los gobiernos del mundo.
Detrás de esos barcos navega la esperanza de millones de personas que creemos que un mundo con justicia social es posible, que no nos resignamos a ver en los medios de comunicación día tras día como se ejecuta impunemente a todo un pueblo, que no vamos a normalizar la impotencia de una infancia masacrada de manera salvaje.
La magnitud de esta movilización no tiene precedentes, hay miles de participantes, entre ellos médicos, sindicalistas, artistas, periodistas, figuras religiosas y activistas de toda condición. Esperamos que esta vez los gobiernos que representan a esta ciudadanía movilizada defiendan su derecho a la protesta, porque su silencio les hace cómplices de lo que está ocurriendo.
Israel es un Estado genocida, apoyado por potencias mundiales como Estados Unidos y la Unión Europea que debe ser castigado con su expulsión inmediata de cualquier órgano internacional político, económico, cultural y deportivo.
Estamos al lado del pueblo palestino, por tanto, deseamos el éxito de esta iniciativa, para acabar de una vez por todas con este genocidio, porque estamos convencidos que la historia no perdonará ni a los culpables, ni a los cómplices, ni a los que no se dieron por enterados.
Invitamos a participar a la ciudadanía de Lanzarote a una cacerolada para el sábado 30 de agosto a las 12:00 horas, en el Cabildo viejo, calle León y Castillo.
Alto al genocidio en Gaza y la limpieza étnica en Cisjordania