Cuando los nacionalismos se repelen
Siempre he sido una persona de izquierdas. Tras muchos años militando en un partido de corte nacional español, llegué a una conclusión clara: si realmente quieres luchar por tu tierra y por los tuyos, debes hacerlo desde un partido nacionalista canario, un partido de aquí. Desde ese momento, entendí que esa era la única vía real para que las políticas que se diseñan para Canarias se piensen, se peleen y se ejecuten en Canarias. Esa es la auténtica política “kilómetro cero”.
Desde un partido verdaderamente nacionalista canario no escuchas el típico “ahora no toca”. En cambio, ves cómo otras comunidades que sí respaldan a sus fuerzas nacionalistas logran grandes acuerdos, partidas presupuestarias y representación en el Estado. En Canarias, sin embargo, aún cuesta convencer a muchos de que necesitamos más fuerza en Madrid para lograr avances reales para nuestra tierra.
Siempre digo que cada vez que un canario se sube a un avión y se beneficia del 75% de descuento en los billetes, debería recordar que ese logro fue fruto de la lucha conjunta de Nueva Canarias-Bloque Canarista, y en especial de Pedro Quevedo, que lo consiguió para todos los residentes canarios sin importar a quién votaran. Ese es un claro ejemplo de lo que se logra cuando hay representación nacionalista que mire por la mayoría social de Canarias.
Ahora bien, los tiempos han cambiado. Hoy en día, el nacionalismo en Canarias está representado por dos fuerzas diferenciadas: por un lado, Nueva Canarias – Bloque Canarista, que representa el nacionalismo de izquierda; por otro, Coalición Canaria, que ha virado claramente hacia posiciones conservadoras.
Coalición Canaria aseguró hasta la saciedad que nunca blanquearía a la extrema derecha. Pero no solo lo hizo, sino que pactó con Vox en Lanzarote en el municipio de Teguise (24.000 habitantes), y mantiene acuerdos similares en otros municipios de Canarias tan relevantes como Arona (87.000 habitantes) y Granadilla de Abona (57.000 habitantes). Esta deriva les aleja de una defensa real del autogobierno canario al meter en las instituciones a los que precisamente quieren eliminar nuestras instituciones, nuestra cultura y nuestra identidad.
Por eso, cuando en la calle me preguntan por qué no se unen las fuerzas nacionalistas canarias, siempre contesto lo mismo: cada vez es más difícil, y no por cuestiones personales, sino por principios fundamentales. La distancia entre un nacionalismo progresista, social y comprometido con los derechos humanos y la mayoría social, y otro que decide pactar con la ultraderecha y el fascismo y que sus intereses están en las minorías pudientes, es hoy insalvable.
Coalición Canaria ha decidido abrir la puerta a Vox, un partido que rechaza derechos y libertades conquistadas por la sociedad, como el derecho al aborto, la protección del colectivo LGTBI, o la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. No solo eso: defienden la expulsión de millones de inmigrantes, alimentan un discurso de odio y división, y apuestan por la recentralización del Estado, negando la identidad y el autogobierno de comunidades como Canarias.
Hasta que Coalición Canaria no vuelva a la moderación y a la verdadera esencia del nacionalismo canario, habrá dos modelos antagónicos. En Nueva Canarias-Bloque Canarista tenemos claro cuál es el nuestro: progresista, humanista y defensor de nuestra tierra.
Juan de León, portavoz de Nueva Canarias-Bloque Canarista en el municipio de Tías