Opinión

Nueve días tan largos como inciertos

Nueve días tan largos como inciertos

España se prepara para volver a las urnas el próximo domingo, 10 de noviembre. Aunque la campaña electoral se ha acotado a apenas diez días, en realidad el país está viviendo una intensa campaña electoral desde diciembre del 2015. Desde esa fecha, el afán de los partidos políticos no ha estado centrado en la búsqueda de grandes acuerdos para afrontar los principales retos que tenemos por delante. 
 
Todas las energías han estado volcadas en conseguir posicionarse mejor que el adversario político. Y es que a lo largo de estos últimos cuatro años no ha habido tiempo para centrarse en gobernar. España, uno de los países europeos más estables en las últimas cuatro décadas, ha batido todos los récords electorales en el último cuatrienio.
 
El PP sufrió una estrepitosa derrota y el bipartidismo saltó por los aires
En diciembre del 2015, después de haber gobernado con una sólida mayoría absoluta, Mariano Rajoy convocó a los españoles a las urnas el día 20 de ese mismo mes. Las políticas de ajuste y reducción del gasto impulsadas por el Gobierno del PP para afrontar la grave crisis económica -que nos azotó desde el año 2007- fueron contundentemente rechazadas por los ciudadanos en las urnas. El PP sufrió una estrepitosa derrota y el bipartidismo saltó por los aires. La democracia española parecía que rejuvenecía, cogiendo un nuevo impulso. El resultado electoral consolidaba a nuevas formaciones políticas, como Ciudadanos y Podemos, todo parecía que nos abríamos a un nuevo tiempo político en el que iba a imperar el diálogo, el consenso, el acuerdo y el pacto.
 
Después del rechazo de Rajoy a presentarse a la investidura, al no contar con los apoyos necesarios, en junio del 2016 fuimos citados otra vez a las urnas. La sentencia dictada por los ciudadanos en los colegios electorales obligaba a los partidos al diálogo y a la búsqueda de acuerdos. Sin embargo, las tácticas partidarias de unos y de otros se anteponía al interés general y la sombra de una nueva repetición electoral asomaba en el horizonte. La responsable y sensata decisión del PSOE de abstenerse para evitar tener que repetir las elecciones se llevó por delante a su secretario general, Pedro Sánchez.
 
En junio de 2018 una mayoría articulada sólo para sacar a Rajoy de la Moncloa hizo prosperar una moción de censura que permitió llevar a la Presidencia del Gobierno al resucitado líder socialista, pero Sánchez no tiene una mayoría coherente para poder gobernar. Así que el 28 de abril de 2018 tuvimos que volver a votar.
 
Más de medio año lleva la política española perdida en la búsqueda de un acuerdo de gobierno
Más de medio año lleva la política española perdida en la búsqueda de un acuerdo de gobierno que al final fue imposible. Sea por la intransigencia de unos o por el interés partidario de los otros, el próximo 10 de noviembre nos pasan otra vez la pelota a los ciudadanos. Si por lo que apuntan las encuestas nos llevamos, el 11 de noviembre podríamos estar en una situación muy similar a la que hemos tenido en estos últimos cuatro años. Parece indiscutible que el PSOE será la primera fuerza política en número de escaños. Todas las encuestas apuntan en esa dirección. Sin embargo, el resultado de los distintos sondeos ratifican la dificultad para articular una mayoría estable de gobierno. Excepto la encuesta del CIS, cuyos trabajos de campo se llevaron a cabo antes de la sentencia del “procés” y de la exhumación de Franco, todos los sondeos coinciden en que el PSOE se estanca y no mejora sus resultados como esperaba, el PP mejora sus desastroso resultado de abril, Ciudadanos podría sufrir un descalabro y Cataluña y Franco le dan alas a VOX, con Unidas Podemos sufriendo un moderado retroceso.
 
La situación política y social que se está viviendo en Cataluña puede marcar el rumbo de lo que ocurra el próximo día 11 de noviembre. La incertidumbre es tal, que cualquier incidente transcendental que ocurra en los próximos días puede movilizar a los hoy todavía potenciales abstencionistas. Por otra parte, el resultado que se produzca el 11-N puede condenar definitivamente a alguno de los líderes de los cinco grandes partidos estatales, por los erróneos movimientos tácticos llevados a cabo. El 11 de noviembre puede que algunas cosas cambien pero que esos cambios sean insuficientes para pasar por fin pagina al bloqueo parlamentario que tanto daño está haciendo al país. Los nueve días que faltan para que abran los colegios electorales serán tan largos como inciertos.

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