Opinión

Islas sanitariamente fiables

Islas sanitariamente fiables

Mientras los principales países europeos fijan estrategias claras para frenar la pandemia y toman medidas contundentes para salvar la actividad económica, España se pierde en un sálvese quien pueda. Las duras medidas que están tomando Alemania, Francia, Italia o Portugal para mitigar el índice de contagios tiene el claro objetivo de intentar salvar la actividad económica que genera la campaña de navidad. La meta es clara y las medidas que se adoptan para intentar conseguirlo también. Transmiten un mensaje nítido, de liderazgo, al tejido productivo y a la ciudadanía, mensaje que genera seguridad y confianza.
 
Las decisiones que se vienen tomando por parte del Gobierno de España y de las distintas Comunidades Autónomas no parecen estar consiguiendo ese necesario clima de seguridad y confianza entre los ciudadanos o el tejido empresarial. La sensación que se está transmitiendo es la de un uso partidista en la gestión de la pandemia, con decisiones gubernamentales que tienen que ver más con el objetivo de evitar se asociados al problema que a la solución del mismo.
Miles de empresas y centenares de miles de trabajadores dependen del turismo y de los servicios que demanda esta industria
 
En este confuso marco que rodea la lucha contra la pandemia y las políticas económicas y sociales que se están impulsando para atenuar sus depredadores efectos, Canarias debe fijar su propia estrategia. Conviene no dejar de recordar que la economía de nuestras Islas gira en torno al turismo y los servicios vinculados al mismo. Contamos con un clima y una biodiversidad envidiables, imbatibles en Europa, especialmente en la temporada que se alarga desde el mes de octubre al de abril. Miles de empresas y centenares de miles de trabajadores dependen del turismo y de los servicios que demanda esta industria. La pandemia nos ha dado un duro golpe y nos ha situado prácticamente en un cero turístico, cuyas consecuencias sociales y económicas están aún engañosamente ocultas por las distintas ayudas públicas de protección a empresas y trabajadores. Ahora bien, los instrumentos de protección pública tienen fecha de caducidad.
 
Los buenos datos epidemiológicos exhibidos por Canarias en las últimas semanas nos han dado una oportunidad para que el motor que activa la economía canaria arranque. Esos buenos datos han permitido que los principales países, como Reino Unido y Alemania, pero no solo estos mercados, hayan levantado el veto para que sus nacionales puedan visitar nuestro Archipiélago. Las expectativas que se han generado con las decisiones tomadas por los Gobiernos de Alemania y Reino Unido deben de multiplicar nuestro compromiso y exigencia en el objetivo de ser un territorio capaz de controlar al virus, una región sanitariamente fiable.
Aprovechemos la ventaja competitiva que nos da la naturaleza y los buenos datos epidemiológicos
 
A pesar de los buenos datos que ofrece Canarias en la lucha contra el virus el objetivo debe ser seguir mejorándolos. Tenemos que conseguir unir a la calidad de nuestro clima y biodiversidad nuestra capacidad y disciplina para adoptar medidas de control del virus, para ser unas islas sanitariamente fiables. La responsabilidad y el compromiso que debemos asumir quienes vivimos en las Islas, para que el control de la pandemia sea un instrumento que ayude a recuperar empresas y puestos de trabajo, debe ser complementado con un riguroso control sanitario de todos los que entren en Canarias. Las autoridades canarias deben ser absolutamente inflexibles en las medidas de control de todos aquellos que quieran acceder al Archipiélago por aire o por mar.
 
Además, el Gobierno de Canarias debe aprovechar el marco que ofrece la declaración general del Estado de Alarma en todo el Estado para impulsar medidas que ayuden a contener los contagios en sectores reconocidos como propagadores del virus. Más vale prevenir que curar. Miles de empresas en Canarias están cerca de ser arrastradas por la situación que está dejando la pandemia. Igualmente, centenares de profesionales pueden perder sus puestos de trabajo. El hambre y la miseria nos amenazan seriamente si no logramos recuperar la actividad económica.  Aprovechemos la ventaja competitiva que nos da la naturaleza y los buenos datos epidemiológicos para ser una referencia en Europa y generar trabajo y bienestar para los que aquí vivimos. 

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