Opinión

Un debate necesario

En Canarias hay cultura histórica de pacto político. Las siete circunscripciones electorales, en las que fundamentalmente se basa el sistema electoral del Archipiélago, han propiciado que nunca haya habido una mayoría absoluta en el Parlamento de Canarias. Con ese marco, somos la única de las comunidades autónomas del Estado donde nunca se ha producido una mayoría absoluta desde que empezó a rodar el actual sistema, derivado de la Constitución del 78.
 
El reparto de escaños -consecuencia de las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo- obligó una vez más al diálogo y al entendimiento entre varias fuerzas políticas, para sumar una mayoría parlamentaria de apoyo al Gobierno. En esta ocasión, del resultado electoral, de la proximidad ideológica y de la habilidad negociadora -unido a la torpeza de otros- surgió en aquel momento el denominado Pacto de las Flores que conforman PSOE, Nueva Canarias, Unidas Podemos y la Agrupación Socialista Gomera. Sin embargo, y ayudando sin duda la cultura de pactos que tenemos en las Islas, la gestión de un acuerdo de gobierno que suma a cuatro fuerzas políticas no es fácil. Exige mucho diálogo, mucha coordinación interna y generosidad para que la confianza y la lealtad con la que nació el pacto no se vea quebrada.
 
El Gobierno que preside Ángel Víctor Torres prioriza las políticas sociales  que ayuden a avanzar hacia una sociedad más cohesionada
Los escenarios español, europeo y mundial no son favorables ni para el crecimiento económico, ni para el impulso de políticas que permitan recuperar y fortalecer el bienestar perdido como consecuencia de la grave crisis vivida entre el 2007 y el 2015. El Gobierno que preside Ángel Víctor Torres prioriza, en su acuerdo de gobierno y en su compromiso cuando fue investido presidente, las políticas sociales  que ayuden a avanzar hacia una sociedad más cohesionada socialmente. Difícilmente se puede discrepar de ello.
 
A pesar de la extraordinaria transformación que ha tenido Canarias desde el inicio de nuestra autonomía en el año 82, todavía tenemos indicadores sociales que nos alejan de la media española. Hasta la década de los setenta, cuando apenas éramos algo más de un millón de residentes, el único horizonte de esperanza para un canario estaba en la emigración. La llegada del turismo masivo, la democracia, la autonomía y la incorporación de España a Europa han ayudado a llevar a cabo un enorme progreso en infraestructuras, equipamientos y bienestar.
 
El progreso que ha experimentado el Archipiélago en el último cuarto de siglo ha hecho que hayamos pasado a ser un lugar de oportunidades para ciudadanos de todas las partes del mundo: se ha invertido la situación que teníamos hasta los años 70. Un crecimiento brutal de la población -consecuencia de la masiva llegada de foráneos-, una insuficiente financiación y las debilidades de nuestra economía frenan y ralentizan nuestro progreso social.
 
El Gobierno de Canarias -acertadamente a mi juicio- orienta sus recursos a evitar que se produzcan fracturas sociales irreversibles
El desmedido crecimiento de la población y su afección a las oportunidades de trabajo de la gente que vive aquí, a la sostenibilidad de la sanidad, la educación y la vivienda; a la dimensión de nuestras infraestructuras; a la movilidad y a la sostenibilidad ambiental, exigen una reflexión urgente y de momento pendiente, un debate necesario que años atrás no fue posible pero que debe abrirse con responsabilidad y madurez. Mientras tanto, el Gobierno de Canarias -acertadamente a mi juicio- orienta sus recursos a evitar que se produzcan fracturas sociales irreversibles y a apuntalar los servicios públicos esenciales.
 
La responsabilidad de garantizar la cohesión social y unos dignos servicios públicos es tarea de todos: del Gobierno de Canarias, por supuesto, pero también de los cabildos, los ayuntamientos, los empresarios y los sindicatos. En el trámite del debate de los presupuestos en el Parlamento veremos si hay respuesta a la solidaridad que demanda el Gobierno de Canarias para apoyar unas cuentas públicas  comprometidas socialmente.
 
De momento, el Pacto de las Flores ha superado el primer gran obstáculo de los que se va a ir encontrado en el camino: la presentación de un Proyecto de Presupuestos para el 2020 para su debate y tramitación en el Parlamento de Canarias.

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