ARRECIFE

El Gran Hotel, el edificio que desplazó a la torre de la Iglesia de la silueta de Arrecife

Reforma del Arrecife Gran Hotel. Foto JL Carrasco.
Reforma del Arrecife Gran Hotel. Foto JL Carrasco.

Aunque no ha conseguido concitar unanimidades, desde los años setenta es el gran icono arquitectónico de la capital insular

El Gran Hotel, el edificio que desplazó a la torre de la Iglesia de la silueta de Arrecife

La ciudad cambió para siempre el día en que el Gran Hotel desplazó a la torre de la Iglesia de San Ginés de la silueta de Arrecife. Hasta ese momento, sentías la proximidad del Puerto cuando te acercabas por cualquier carretera, o por el mar, y la torre se hacía presente. Hoy, más de 50 años después, cuesta distinguirla. El protagonismo quedó definitivamente desplazado cuando pescadores y marineros relegaron la torre de la Iglesia y recurrieron al Gran Hotel a modo de faro y marca de sus pesqueros.

El gran icono arquitectónico de la ciudad

El Arrecife Gran Hotel cuenta con más medio siglo de vida. Su apariencia actual se debe a los arquitectos Chesa y Mena, que se ocuparon de su rehabilitación cuando el edificio fue adquirido por la familia González Viera y Miguel Morales. La pieza original llevaba la firma del arquitecto lanzaroteño Enrique Spínola González y Jesús Trapero Ballesteros, y parecía estar más cerca de una obra escultórica que de una construcción hotelera.

Cuando comenzó su construcción a finales de los años sesenta del siglo pasado, su imponente presencia chirrió en la chata escena urbana de la ciudad, pero, con el paso del tiempo, sus 18 plantas consiguieron hacerse un hueco destacado en el perfil urbano de Arrecife porque se trataba de un gran proyecto. Aunque no ha conseguido concitar unanimidades, desde los años setenta es el gran icono arquitectónico de la capital insular.

Primer hotel de cinco estrellas

En diciembre de 1970 tuvo lugar la presentación oficial del Gran Hotel, el primer establecimiento hotelero de cinco estrellas de Lanzarote. Fue un gran acontecimiento. El ministro Sánchez Bella presidió el acto, que comenzó con la bendición a cargo del vicario episcopal y párroco de Arrecife. Después, y en los jardines del hotel, actuó la agrupación folklórica Los Campesinos deleitando a la concurrencia con sus singulares cantos y bailes.

A continuación, ministro e invitados pasaron al comedor, donde se sirvió una cena de gala, “a base de manjares originales y con el sello típico en muchos de los platos”, según las crónicas de la época. La guinda la puso una monumental tarta, reproducción exacta del edificio. “Con un animado baile, la velada transcurrió en un grato ambiente hasta altas horas de la madrugada”.

Una iniciativa de Protucasa con el apoyo de La Caja

Con el apoyo de La Caja, la empresa Protucasa construyó el Gran Hotel en la segunda mitad de la década de los sesenta del siglo pasado. El edificio se asienta sobre una superficie de 2.500 metros cuadrados de suelo privado, que fueron en su día aportados por el Ayuntamiento de Arrecife, mientras que los jardines y las instalaciones deportivas se ubicaban en una parcela de 16.000 metros cuadrados ganados al mar. En noviembre de 1994, el Arrecife Gran Hotel sufrió un gran incendio que motivó su ruina, hasta que fue rehabilitado.

El complejo original tenía una capacidad de 288 camas. Las habitaciones contaban con aire acondicionado, música ambiental, televisión y teléfono, aparte de otras muchas comodidades. Sus instalaciones comprendían sauna, gimnasio, pistas de tenis, restaurantes, boite de nuit, discoteca, salón de belleza, peluquerías de señoras y caballeros, sala de juegos, piscinas climatizadas, snack-bar en el jardín y en la última planta, cafetería, etc. Los salones del lujoso establecimiento acogieron lo más destacado de la vida social de aquellos años.

Spínola y Trapero

Enrique Spínola y Jesús Trapero también son coautores del edificio de la Escuela de Arte Pancho Lasso, otra de las obras más representativas de la arquitectura lanzaroteña de la segunda mitad del siglo XX. Enrique Spínola fue arquitecto municipal del Ayuntamiento de Arrecife y, más tarde, de las Palmas de Gran Canaria, hasta su jubilación.
Fue reconocido como un gran dibujante a plumilla a mano alzada, generando una gran producción de elementos de la arquitectura tradicional de su isla natal. Falleció el 4 de junio de 2011, a los 82 años de edad.

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