Lanzarote ante su gran desafío: conservar isla arte de César Manrique

Este 24 abril, César Manrique Cabrera (1919-1992) cumpliría 104 años. Han transcurrido más de 30 años desde de su muerte y nadie duda que Lanzarote fue su gran obra, el lienzo sobre el que volcó su caudal creativo. Así es, ya que, con la puesta en valor para el turismo de un territorio único a través del arte, el artista erigió sobre el paisaje un proyecto cultural y un modelo económico.

CENTROS TURÍSTICOS, BENEFICIOS DE TODO TIPO

La red de Centros Turísticos diseñados por César Manrique construye una narrativa del paisaje insular, señala MPC Arquitectos en el documento ‘Biocrit. Análisis crítico del actual paisaje insular’. La red ha reforzado con su presencia la imagen de un territorio cohesionado a través del paisaje, dándole coherencia. Con su personal e inconfundible estilo, el artista convirtió el paisaje en un proyecto cultural al asociar unos lugares excepcionales con su puesta en valor turística a través del arte. Manrique lo llamó simbiosis arte-naturaleza / naturaleza-arte.

La alta valoración social de los Centros Turísticos entre residentes y turistas, unido a la gran atracción que ejercen sobre los visitantes, contribuyen a la difusión internacional de un modelo único de paisaje asociado al turismo. Pero, tras la propuesta cultural brilla con luz propia el éxito económico del modelo que propuso, ya que la gestión de la red de Centros arroja grandes beneficios intangibles para la isla, generado además cuantiosos ingresos económicos directos e inducidos.  

LA EMOCIÓN QUE TRANSMITE

La red se inició con la apertura al público de dos kilómetros de la Cueva de Los Verdes (1964) y el acondicionamiento del Jameo Chico en los Jameos del Agua (1966). Más tarde abrió el Restaurante El Diablo, en las Montañas del Fuego (1970) y el Mirador del Río (1973). El Castillo de San José fue restaurado para albergar el Museo Internacional de Arte Contemporáneo en 1976, el mismo año que se inician las obras del Auditorio de los Jameos del Agua. Un año después se inician las obras en el Jardín de Cactus (1977), inaugurado en 1990.

A los residentes todavía nos sorprende, una y otra vez, su apuesta escenográfica, la invitación a contemplar el paisaje de una manera creativa mediante la combinación de múltiples instrumentos como el arte, la arquitectura y la jardinería sobre el expresivo paño que aporta la naturaleza: la geología y el volcanismo. Quizá por eso, la ‘marca Lanzarote’ pivota sobre el paisaje insular y sobre los Centros, sobre la obra espacial de Manrique, y una de sus fortalezas radica en la emoción que transmite a los espectadores. Son monumentos de arte y naturaleza que han sobrevivido el paso del tiempo y que actúan como vigías de la autenticidad del modelo.

EL MODELO PUEDE DESVIRTUARSE

MPC insinúa el peligro: “La pérdida de intención o la proliferación desordenada de esta tensión creativa podría llegar a desprestigiar o banalizar su apreciación global. Por otra parte, y en la actualidad la temática del arte vinculada a la interpretación creativa de valores (naturales o no) puede llegar a producir ruido en sus interpretaciones más abiertas y desvinculadas de la línea marcada o en la multiplicación no controlada de sus expresiones”. Es una manera de advertir que el modelo puede desvirtuarse y banalizarse.

Lanzarote se reconoce en la estética construida que ha sido modelada por una forma tradicional de vivir y de habitar (enarenados, socos, blanco sobre negro…) y, más tarde, en una manera de encarar el hecho creativo, propiciando un arte para la vida, al servicio de las personas.

MPC Arquitectos es el autor de ‘Biocrit. Análisis crítico del actual paisaje insular de Lanzarote’. Se trata de un diagnóstico sobre la distorsión de la singularidad paisajística y la denominada ‘marca Lanzarote’. El informe surge a propuesta de la Reserva de la Biosfera con la intención de abrir un debate sobre la situación actual del paisaje insular y generar un diagnóstico sobre la evolución de su calidad y sus posibles distorsiones.