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Antigua fábrica La Defensa, modelo de restauración en Arrecife

Reconstruir o rehabilitar tienen más recorrido en Arrecife porque, primero, admiten más edificabilidad, y, segundo, permiten intervenir sin atender al rigor histórico.
Antigua fábrica La Defensa, modelo de restauración en Arrecife

Restaurar es un verbo que no se conjuga en los inmuebles antiguos de Arrecife. En cambio, reconstruir o rehabilitar tienen más recorrido porque, primero, admiten más edificabilidad, y, segundo, permiten intervenir sin atender al rigor histórico. Pero ni con esas, porque junto a un buen número de casas viejas, muchas abandonadas y sin mayor interés histórico o cultural, conviven en Arrecife un puñado de relevantes inmuebles particulares que han merecido la consideración de ser protegidos. Sin embargo, es raro encontrar propietarios privados dispuestos a invertir para conservar estos edificios, como extraño resulta que los poderes públicos habiliten fondos para ayudar a mantenerlos.
 
Costó encontrar los azulejos biselados empleados en algunas construcciones de principios del XX
Cuando lo normal es desatenderlos y hasta desapuntalarlos para acelerar su ruina y poder derribarlos, una intervención sobresale sobre cualquier otra en la ciudad: la antigua fábrica ‘La Defensa’, situada en la calle Real. El edificio data de 1914. Casi dos decenios más tarde, en 1932, se instala en él la fábrica de cigarrillos, tabaco y picadura ‘La Defensa’, la única que ha tenido Lanzarote, llegándose a elaborar siete mil cigarrillos diarios. De ahí toma su nombre el inmueble, que se erigió en una apuesta por la industrialización de la isla apoyada en el pujante cultivo del tabaco. 
 
En los años cincuenta del siglo pasado, con el declive del tabaco, el edificio se divide en dos partes. En una se abre un estanco, que todavía existe, y en la otra se instala una zapatería, Segarra, mutilando la parte inferior derecha de la fachada. El resultado de esta desafortunada transformación se pudo contemplar hasta hace pocos años, cuando la fachada fue felizmente restaurada. Las mayores dificultades consistieron en recuperar los elementos decorativos de la fachada y en volver a revestir el exterior del edificio de cerámica vidriada. Costó encontrar estos azulejos biselados empleados en algunas construcciones de principios del siglo XX, como la antigua casa Cabildo o la casa de Fermín Rodríguez Bethencourt, en la calle Fajardo, parte de la cual acoge hoy el Museo Arqueológico, pero se consiguió.
 
En la fábrica ‘La Defensa’ sobresale su arquitectura neoclásica de carácter industrial
‘La Defensa’ goza de la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento y sobresale su arquitectura neoclásica de carácter industrial. La fachada presenta una pantalla ecléctica considerada el máximo exponente de la variante modernista en la isla, presentando multitud de elementos decorativos. La intervención realizada hace unos años permitió recuperar la composición original de la fachada, un frontis con cinco puertas de acceso. El zócalo está formando dibujos de cuarterones, y,  partir de él, se desarrolla una decoración que va desde los elementos constructivos como lo propiamente decorativos con motivos vegetales y geométricos. 
 
Desde el punto de vista del patrimonio histórico, la fachada representa un conjunto de elementos derivados de la actividad económica, inmobiliaria, artística, urbanística, social y cultural del Arrecife de principios del XX, única en su estilo por la profusión de elementos decorativos. Mientras las Administraciones Públicas tratan de acondicionar y conservar los inmuebles históricos y artísticos de su propiedad, aunque con desigual fortuna, los que se encuentran en manos privadas en general languidecen o agonizan a la espera de operaciones inmobiliarias que generen mayores rendimientos económicos. Pero hay excepciones. La ejemplar intervención de la fábrica ‘La Defensa’ se debe a la familia Spínola Francés.

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