Meteorología

2022 fue uno de los años más lluviosos en Lanzarote en este siglo

Lluvia
Lluvia

El año pasado hubo 49 días de lluvia apreciable en la isla, lo que arrojó una precipitación de 130,2 milímetros (mm), aunque lejos de los 211,6 mm registrados en 2005

2022 fue uno de los años más lluviosos en Lanzarote en este siglo

2022 fue uno de los años más lluviosos en Lanzarote en lo que va de siglo. El año pasado hubo 49 días de lluvia apreciable en la isla, lo que arrojó una precipitación de 130,2 milímetros (mm), aunque lejos de los 211,6 mm registrados en 2005, el más lluvioso del XXI. La precipitación pluvial se mide en mm y equivale al grosor de la lámina de agua que se formaría sobre una superficie plana e impermeable a causa de la precipitación. La cantidad resultante, medida en litros de agua por metro cuadrado de terreno, es lo que favorece la vida en mayor o menor medida.

Lanzarote no cuenta con altitudes significativas sobre el nivel del mar, por lo que no es posible aprovechar el soplo constante de los vientos alisios y tampoco se forman nubes al chocar contra los sistemas montañosos, como sucede en otras islas del archipiélago. Por lo tanto, no se produce la descarga de la humedad contenida en el mar de nubes que transporta los vientos alisios.

UN CLIMA MUY VARIABLE

De otro lado, la proximidad al continente africano y la escasez de precipitaciones nos sitúan entre las regiones semidesérticas del planeta. Un problema añadido es que, cuando se producen, suelen ser irregulares y torrenciales, sucediéndose años sin lluvia con otros de abundancia, pero que cae en muy poco tiempo, haciendo correr el agua por los barrancos hasta perderse en el mar.

Los datos meteorológicos registrados a partir de 2000 indican que el clima en Lanzarote es muy variable, al intercalarse años lluviosos con otros secos y temperaturas medidas que oscilan entre 20 y 22º C. Todo indica que el cambio climático se instaló en la isla hace tiempo y que su presencia se notará cada vez más, a no ser que la humanidad actúe con mayor determinación y urgencia que hasta ahora.

LLUVIA Y CAMBIO CLIMÁTICO

El cambio climático es la mayor amenaza que se cierne sobre a humanidad. La ciencia pronostica que sus consecuencias pueden ser devastadoras, a no ser que reduzcamos drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. El progresivo deshielo de las masas glaciares provoca la subida del nivel del mar, lo cual podría ser terrible para las ciudades costeras y las islas. 

Cuanto más tardemos en actuar, mucho más elevadas serán las inversiones para la adaptación al aumento de la temperatura. La solución pasa por una radical reconversión energética, que ya está en marcha, puesto que con las energías renovables se conseguirá paliar los efectos del cambio climático. Lanzarote y Canarias disponen de abundantes horas de sol, viento y fuerza del mar y las olas para lograr la autosuficiencia energética procedente de energías limpias y renovables.

Escasez de agua y sabiduría popular

Una simple ojeada al paisaje lanzaroteño revela escasez de agua. Sin embargo, la superficie terrestre de la isla recoge agua que no es registrada por los sensores de las estaciones meteorológicas. Son las llamadas precipitaciones ocultas, como la de rocío y neblina o niebla, unos recursos hídricos de gran importancia y que están pendientes de ser evaluados. Estos recursos no han pasado desapercibidos a la observación y la sabiduría que anida en la agricultura tradicional.

De hecho, el enarenado artificial es una réplica de la capacidad de absorción de la humedad que posee el rofe. Por otra parte, en fechas más recientes se ha desarrollado la técnica de captación de agua de brumas o lluvia horizontal, que consiste básicamente en la posibilidad de que esa agua pueda ser recogida, ya que las gotas contenidas en la bruma precipitan al contacto con objetos.

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