Efectos de la sequía

Una balsa de agua potable para aliviar la sed de la avifauna de Alegranza

Esta balsa, instalada por el Cabildo, "permitirá que los animales sufran lo menos posible ante las altas temperaturas, así como ayudará a mitigar el riesgo de desaparición de aves por la falta de lluvia”

Una balsa de agua potable para aliviar la sed de la avifauna de Alegranza

Ante la situación precaria motivada por años de sequía, el área de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote ha procedido a la instalación de una balsa artificial en el Islote de Alegranza para satisfacer las demandas de agua de la avifauna de la zona.

“Se viene detectando que las aves tienen problemas para criar dada la aridez del terreno, lo que provoca que muchas de ellas se tengan que desplazar hasta Lanzarote a beber, donde también encuentran muchas dificultades. Por ello se ha adquirido e instalado esta balsa, que permitirá que los animales sufran lo menos posible ante las altas temperaturas, así como ayudará a mitigar el riesgo de desaparición de las aves por la falta de lluvia”, explica el consejero de Medio Ambiente de la primera corporación insular, Jorge Peñas.

Dicha balsa fue instalada este pasado jueves, tras llegar a un acuerdo con la empresa pública Gesplan y contar con el visto bueno de la familia propietaria del Islote de Alegranza, y está especialmente pensada para aves rapaces como halcones, guirres y guinchos.

“Tenemos la responsabilidad y el imperativo legal de velar por la biodiversidad de los islotes”, añade Peñas, que detalla además que “la balsa es de color tierra para evitar el impacto ambiental desde tierra y aire y que, además, las aves se acerquen con mayor facilidad”.

Para los trabajos de instalación, operarios de Medio Ambiente del Cabildo, apoyados por investigadores que estudian la evolución de la fauna en Alegranza y por personal de Gesplan, y acompañados por el consejero de Medio Ambiente, se trasladaron hasta el islote.

La balsa ha sido ubicada junto al faro de Alegranza, desde donde se extendieron unas mangueras para, con ayuda de una motobomba, poder proceder a su llenado. Tras ello, el equipo de investigadores que desarrolla su trabajo en el islote se encargará de velar porque el nivel de agua de dicha balsa sea constante.

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