16 de agosto, San Roque, día grande en el municipio de Tinajo

Ermita de San Roque
Ermita de San Roque, Tinajo.

Del topónimo Tinajo, como poblado, al igual que la propia ermita de San Roque, se da cuenta por vez primera después de las erupciones de Timanfaya

16 de agosto, San Roque, día grande en el municipio de Tinajo

16 de agosto, día grande en Tinajo. A las 19:00h está prevista la Eucaristía presidida por el párroco Francisco García Socorro que será predicada por el Diacono Alejandro J. Carmona Arrocha. Le seguirá la procesión acompañada por la Banda Municipal de Tinajo y la ofrenda folklórica a cargo de la Agrupación Músico Cultural Timbayba. Esta es la vertiente religiosa de unos días festivos que contemplan un amplio programa de actividades, bailes incluidos.

Aquí, en San Roque, se rinde culto a un santo francés nacido en Montpellier, al igual que hace Arrecife con San Ginés, aunque de Clermont este último. Santo protector de toda clase de epidemias, de peregrinos, enfermeros, cirujanos o cánidos, entre otros, Roque y su inseparable perrito habitan en la ermita construida en la segunda mitad del siglo XVII y que se convierte en parroquia a finales del XVIII.

Tinajo es una voz de indudable origen guanche

La palabra Tinajo es una voz de indudable origen guanche, con el comienzo ‘ti(n)’ tan característico del bereber, y que, sin embargo, otros autores la creen procedente del vocablo castellano tinaja —aljibe pequeño—, según la Toponimia de Lanzarote de Maximiano Trapero y Santana Martel. En todo caso, del topónimo Tinajo, como poblado, al igual que la propia ermita de San Roque, se da cuenta por vez primera después de las erupciones de Timanfaya, aunque no se puede asegurar que no existiera antes.

El templo consta de dos naves desiguales, que obedece a la techumbre a dos aguas, y una sacristía con techo a cuatro aguas, además de otras dependencias. En la parte trasera se eleva el coro de piso de madera con balaustrada, formando una segunda planta, y la techumbre es mudéjar. El interior del edificio alberga un conjunto de arcos de medio punto y columnas toscanas.

El viejo reloj de sol luce en lo alto

Sus valores arquitectónicos y los bienes muebles que alberga la han hecho merecedora de su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento, además de acoger en su interior obras de destacados escultores canarios del XVIII, como Luján Pérez y Fernando Estévez. Vinculados a la declaración de BIC hay una relación de bienes muebles entre los que se encuentran pinturas y esculturas, el púlpito, la pila se agua bendita, crucifijos, la pila bautismal y el retablo del altar mayor de carpintería y pintura de tipo barroco.

El BIC delimita asimismo un entorno de protección que afecta a la plaza de San Roque, una zona del casco urbano en la que residen unos 300 vecinos en viviendas de una y dos plantas. Las campanadas repican sólo para los vecinos y, como es natural, no las da el viejo reloj de sol que luce en lo alto de la fachada principal del templo. Este reloj es de los más antiguos de Canarias y las iniciales y el apellido del autor, F.R. Fernández, permanecen grabadas sobre el artefacto que fue construido en madera y pintado de blanco.

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