ARRECIFE

Tres enlaces con el mar, un valioso obsequio para Arrecife que cayó en el olvido

Marina de Arrecife.
Marina de Arrecife.

La ciudad le dio la espalda a un valioso presente que le hizo la Fundación César Manrique en 1998, con motivo del bicentenario de la municipalidad: ‘Arrecife: tres enlaces con el mar’

Tres enlaces con el mar, un valioso obsequio para Arrecife que cayó en el olvido

En la reciente etapa democrática, en Arrecife no ha habido idea más recurrente que es una ciudad que vive de espaldas al mar, por lo que hay que abrirla al océano y recuperar como sea los lazos históricos y culturales del importante puerto pesquero que fue y del puerto comercial que es. Siendo su fachada marítima lo mejor que tiene, no resulta extraño que sea así. Desde esta concepción, la mejora del espacio urbano y cierta identidad marina y marinera resolverían buena parte de sus males.

Casi 50 años más tarde, poco ha cambiado, salvo la idea y su recurrencia. Veámoslo de forma somera. Han mejorado el Charco con la intervención inacabada de Manrique y Puerto Naos con el puerto deportivo Marina Lanzarote; también el Islote de Fermina, que permaneció abandonado más de medio siglo, y el entorno del Castillo de San Gabriel. Un poco antes, se restauró y entró en uso para la cultura contemporánea el Castillo de San José. La denominada Avenida del Colesterol es otro logro en la apertura de la ciudad al mar.

Borde marítimo, un batiburrillo de ocurrencias

Otros espacios siguen igual o peor, cerrando la puerta al acceso al mar. Lamentable que no se haya alcanzado un acuerdo para que los 70.000 metros cuadrados de superficie del Islote del Francés pasen a ser patrimonio público. Por otro lado, lo más amable que se puede decir de la fisonomía urbanística del borde marítimo es que es un batiburillo de ocurrencias, obstáculos, pavimentos o alcorques vacíos, a cuál más desafortunada; una sucesión de episodios urbanos dispersos e incompletos que impiden que adquiera un carácter homogéneo, unificado.

El otrora balcón marítimo del Parque José Ramírez Cerdá se ha convertido en un monumento a la indolencia en la gestión municipal, mientras el Islas Canarias, otra balconada tiempo ha, es un monumento al desprecio de una exalcaldesa de Coalición Canaria, protagonista de la Operación Jable, a toda la población de Arrecife. Una última: la negativa del Ayuntamiento a permitir el viejísimo y justo anhelo de la Sociedad Democracia de relocalizarse junto al mar, en donde hoy se encuentra el llamado Parque Temático.

Arrecife rechazó una playa artificial de 500 metros

Si se quiere favorecer el contacto con el mar, en nada ayuda el viejo Muelle de Puerto Naos encerrado en una urna de hormigón, cuando lo suyo es resituarlo al borde del mar para que vuelva a ejercer su función natural. Otro muelle: no cabe en cabeza alguna que un lugar tan privilegiado como el viejo Muelle Comercial o Muelle Grande esté sin uso.

Y, por último, Arrecife pudo disponer de otra playa tan grande como El Reducto. En 2009 el Ayuntamiento rechazó crear una playa artificial de 500 metros de longitud con fondos del Estado y presupuestada en 6,7 millones de euros. Su emplazamiento partía aproximadamente de la Baja del Camello, hacia el poniente. Terrible.

La ciudad no está para presumir, entre otras razones, porque le dio la espalda a un valioso presente que le hizo la Fundación César Manrique (FCM) en 1998, con motivo del bicentenario de la municipalidad. ‘Arrecife: tres enlaces con el mar’ da nombre a una propuesta del arquitecto Carlos Jiménez para el frente litoral de la ciudad, y que formaba parte del ‘Proyecto Marina de Arrecife. Tres propuestas para pensar la ciudad’.

El mar, el rasgo más característico de la ciudad

Arrecife: tres enlaces con el mar’ se inspiró en una evidencia que constató Carlos Jiménez. Cuando se llega a Arrecife desde el aeropuerto, la aglomeración homogénea de construcciones blancas parece ser el telón de fondo de un frente marítimo coherente y animado. Pero, poco después, al alcanzar la costa, la esperada fachada sobre el mar de la ciudad resulta ser una composición urbana fragmentada y diluida. Una decepción.

Definida y limitada por el Islote de Fermina a poniente y el Islote del Francés a levante, la propuesta de Carlos Jiménez para el frente marítimo de Arrecife “procura crear un paseo litoral muy reconocible y continuo entre estos dos hitos de referencia: un paseo que subraya la importancia del mar como el rasgo más característico de la ciudad, a la que otorga belleza y personalidad”.

A la larga, el objetivo consistía en crear una fachada marítima que los ciudadanos “disfruten con alegría y con orgullo, un paseo público urbano que se enlace con las maravillas de un paisaje natural generoso e imprescindible”. Las zonas seleccionadas en la propuesta corresponden a los tres islotes principales de la ciudad y el borde litoral existente entre ellos.

Bahía de Arrecife. I
Bahía de Arrecife.

‘Tres propuestas para pensar la ciudad’

El contenido de la iniciativa de la FCM incluía, como actividad central, el 'Proyecto Marina de Arrecife. Tres propuestas para pensar la ciudad. Consistió en un encargo a tres arquitectos de reconocido prestigio internacional, de tres propuestas de actuación urbanística en el litoral de Arrecife, que serían mostradas en una exposición y debatidas con la ciudadanía.
El encargo fue realizado a los arquitectos Carlos Jiménez, Enric Miralles y Juan Navarro Baldeweg acompañados respectivamente en sus proyectos por los críticos Luis Fernández-Galiano, Ignasi de Solà-Morales y Simón Marchán Fiz.
El proyecto se concretó en dos aspectos básicos. Uno, interpretación personal de los grandes problemas que afectan a Arrecife, y dos, presentación de una propuesta general de reordenación del litoral, en la que se contemplaran las cuestiones decisivas que afectan a esta área clave de la ciudad.
Estas eran: infraestructuras administrativas y culturales, muelle deportivo, nuevas edificaciones, ordenación del tráfico, aparcamientos públicos, zonas de ocio público, comunicación del muelle comercial con el núcleo capitalino, tratamiento del perfil marítimo, peatonalización de calles en el casco histórico y tratamiento del patrimonio histórico arquitectónico.

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