ARRECIFE | BARRIOS

El Lomo, antaño un populoso barrio marinero que busca una nueva identidad

Charco de San Ginés, por la zona de El Lomo.
Charco de San Ginés, por la zona de El Lomo.

Puede que perdiera la condición formal de barrio, pero debería conservarla porque basta con tener un equipo de fútbol para alcanzar las más altas categorías en una ciudad

El Lomo, antaño un populoso barrio marinero que busca una nueva identidad

El Lomo no es un barrio de Arrecife, pero lo fue.

A principios del siglo XX, El Lomo era considerado un barrio. De hecho, el periódico La Voz se Lanzarote, en su segunda época (1913), ya se refería a El Lomo como un “populoso barrio” a pesar de que Arrecife apenas sobrepasaba los 4.000 habitantes. A mediados de siglo, seguía siéndolo: “Barrio alto este de El Lomo, que acoge en sus calles indescifrables la gran población marinera de Arrecife. En su lindero, como vieja construcción feudal, mirando por la perspectiva abierta de los llanos de Puerto de Naos los arrecifes de la costa, los Puertos y los barcos, está el Hospital Viejo”, escribió Fidel Roca, seudónimo utilizado por Rafael Medina Armas, en Pronósticos, (EI Hospital viejo y el Hospital nuevo, número 69, 2 de mayo de 1947).

Calle Juan de Quesada esquina El Carenero, César Manrique

El Lomo lo tenía casi todo para ser considerado un barrio de Arrecife con identidad propia. Cuenta con población suficiente vinculada al mar y asentada en las empinadas calles que ascienden desde la ribera norte de El Charco y la Calle Jacinto Borges Díaz hasta buena parte de la Calle Pérez Galdós. También puede presumir de pedigrí: en el inmueble que hace esquina entre las calles Juan de Quesada y El Carenero nació el artista César Manrique en 1919, un arrecifeño de talla universal junto al físico Blas Cabrera Felipe.

El Lomo está impregnado con la pátina de la prehistoria, pues parece que no hay duda sobre la existencia en las cercanías de uno de los tres poblados aborígenes localizados en el término municipal, además de los de Argana y Maneje. Los antiguos pobladores de la isla, los mahos, recolectaban marisco y pescaban en la marina de Arrecife envenenando el agua con la savia de algunas plantas como método de pesca para aturdir a los peces. Y para lustre, el fútbol. Ya en 1955, el barrio tenía nada menos que dos equipitos participando en el campeonato interescolar: Unión Lomo y Lomo.

Muy religiosos parece que no eran

Puede que con el paso del tiempo y el crecimiento de Arrecife perdiera la condición formal de barrio, pero debería conservarla porque basta con tener un equipo de fútbol para alcanzar las más altas categorías en una ciudad. Y El Lomo lo tiene, un señor Club Deportivo generador de sentido de pertenencia y que, junto a otros clubes, propició la creación de la UD Lanzarote en 1970 cediendo sus mejores jugadores, como hicieron todos los demás.

Muy religiosas no parece que fueran las personas que habitaban en El Lomo, porque, que se sepa, no les dio por edificar un templo religioso. Ni a la iglesia católica le dio por alzar aquí un lugar de culto, inclinándose por la cercana Valterra, quizá porque allá sí había solares y espacio donde ensanchar la ciudad y sus equipamientos. Como quiera que fuera, El Lomo carece de iglesia y Valterra se ha quedado con la impronta de Histórico barrio marinero debido a sus vínculos con el mar y el culto a la Virgen del Carmen. La Destila observa en silencio desde la otra punta de la ciudad...

CD Lomo, Guedes, Tonono...

En La Vega, Titerroy, Valterra o Altavista se erigieron iglesias y hoy son barrios, lo cual obedece a cierta lógica por cuanto una parroquia es, en cierta forma, una demarcación local, además de un territorio que está bajo la jurisdicción espiritual del cura de almas. El Lomo, en cambio, se quedó con su equipillo y con su equipaje rindiendo culto a la UD Las Palmas de Guedes, Tonono y compañía y erigiendo un hogar común que lleva un nombre nada bíblico: Casa del Miedo. Con esos mimbres, difícilmente iba a alcanzar la cualidad de barrio, pero en peores terrenos de juego ha saltado a jugar El Lomo y ha salido victorioso.

Aquellas reminiscencias marineras han transformado el Charco en una centralidad, en el paseo peatonal más concurrido de la ciudad y, prácticamente, en una prolongación de la Calle Real. Vinculado a él florece, poco a poco, un entramado urbano vinculado al barrio tradicional enclavado en la suave ladera situada entre la orilla septentrional del Charco y el Camino Viejo de La Villa, la actual calle Pérez Galdós, y entre Puerto Naos y la prolongación de la Calle Real hacia el norte. Toda esta zona responde por barrio de San Ginés, menos para quienes peinan canas, quienes siguen llamando a cada lugar por su preciso nombre. Así que El Lomo es El Lomo.

De origen humilde y esencia marinera, El Charco ha sido patio de recreo de la chiquillería o taller de grandes maestros carpinteros. Siempre fue fondeadero y, hasta hace bien poco, la parte trasera de la ciudad y ya ves en qué se ha convertido.

Charco de San Ginés, por la zona de El Lomo. 1
Charco de San Ginés, por la zona de El Lomo.

Lomos los hay a la patada en Canarias

En Canarias, a una elevación no puntual, sino longitudinal y prolongada, con altura descendente y con la cima redondeada, se le llama lomo. Es el interfluvio de los barrancos, razón por la cual la abundancia en la toponimia de uno está en relación directa con la abundancia del otro, y en los dos casos, con el tipo de orografía que caracteriza a cada isla, recogen Maximiano Trapero y Eladio Santana en su Toponimia de Lanzarote.
La orografía de Lanzarote muy poco ‘abarrancada’ y, por tanto, con relativamente pocos lomos en su toponimia, si los comparamos con los que tienen las demás, incluida Fuerteventura. Pero esos relativamente pocos suman nada menos que 63 topónimos. Una curiosidad: cuando el lomo es ‘de cresta afilada’ se llama cuchillo, y de ellos hay algunos ejemplos en la toponimia de Lanzarote, según Trapero y Santana.

Comentarios