Rincones de la capital

Muelle de la Pescadería, atraque ocasional y zambullidas en verano

Muelle de la Pescadería en Arrecife
Muelle de la Pescadería en Arrecife
Este espacio fue durante décadas uno de los dos patios de juegos de la escuela de don Pedro Hernández Cerdeña, que estuvo situada en la calle Blas Cabrera Felipe
Muelle de la Pescadería, atraque ocasional y zambullidas en verano

Esta obra de ingeniería, de piedra labrada irregular y de diferentes dimensiones trabada con argamasa, data de 1834. Ante la desidia gubernamental, la vecindad de Arrecife acordó por aquella época costear un pequeño dique que sólo penetraba en el mar con cinco metros de espigón. En algún lugar había que atracar las embarcaciones para las operaciones marítimas de carga y descarga.

La debilidad estructural de la obra quedó de manifiesto de inmediato y el muelle tuvo que ser reparado, tarea de la que se encargó el maestro Vicente Gutiérrez entre 1874 y 1877. Con el paso del tiempo, el muelle de la Pescadería fue durante décadas uno de los dos patios de juegos de la escuela de don Pedro Hernández Cerdeña, que estuvo situada en la calle Blas Cabrera Felipe, frente a la fachada norte del antiguo Parador de Turismo.

El otro fue el parque José Ramírez Cerdá, un verdadero paraíso para que pudieran explayarse al modo y durante media hora los chicos de hasta diez años de edad, antes de su ingreso en el instituto.

ZONA DE BAÑOS Y ZAMBULLIDAS EN VERANO

Cuando la escuela cerró, el muelle de la Pescadería se convirtió en una zona de baños y zambullidas en verano y, sobre todo, en el territorio de Emilín Tavío Cabrera, pescador profesional ya jubilado. Emilín se dedicó a la pesca durante medio siglo, al principio en embarcaciones de vela.

En ellas se curtió como navegante hasta que se convirtió en tripulante de barquillos de vela latina. A principios de la década de los ochenta del siglo pasado funda el Club de Vela La Pescadería, pionero de las regatas en Arrecife. El muelle de la Pescadería es de planta rectangular y cuenta con dos escalinatas que bajan hasta el mar. Esta pequeña infraestructura portuaria ha formado parte del Catálogo Municipal, proponiéndose su protección integral, aunque la pesca tradicional y los pescadores de bajura se encuentran en verdadero peligro de extinción.

Es de esperar que el muelle de la Pescadería integre el nuevo Catálogo que en estos momentos redacta la empresa pública Gesplan por encargo del Ayuntamiento de Arrcife. La fortuna ha sonreído a este pequeño muelle porque aun desempeña la función para la que fue concebido, así sea con carácter marginal.

A un costado, descansa el carrito que en su día habilitó Emilín, una estructura muy simple cubierta con un toldo azul. Es el puesto de  pescado en el que su hijo, Javier, sigue la estela de su padre. Una estampa habitual a media mañana era verle desembarcar la pesca del día capturada en el litoral próximo y que vendía a clientes habituales.

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