ARRECIFE | BARRIOS

Los vecinos afectados de Titerroy se reúnen con Arrecife y el Gobierno de Canarias para buscar una solución a sus viviendas

Reunión de afectados de las viviendas de Titerroy con las autoridades.
Reunión de afectados de las viviendas de Titerroy con las autoridades.
Una damnificada no pudo acudir por motivos de salud y su hijo hizo entrega de una emotiva carta a las autoridades, que fue leída en voz alta
Los vecinos afectados de Titerroy se reúnen con Arrecife y el Gobierno de Canarias para buscar una solución a sus viviendas

Convocada por la Asociación de Vecinos de Titerroy, las personas del barrio desalojadas de sus viviendas hace más de 14 años mantuvieron reunión con el Ayuntamiento de Arrecife y el Gobierno de Canarias para buscar una solución a su viejo problema. El encuentro tuvo lugar en las instalaciones de la asociación vecinal, a las 16:30 horas. Algunas personas fueron desalojadas de sus casas y otras viven en ellas apuntaladas

A la reunión acudieron el senador por Lanzarote y La Graciosa, Manuel Fajardo Palarea; el director general de Vivienda del Gobierno de Canarias, Antonio Jesús Ortega Rodríguez; en representación de la Oficina del Diputado del Común la asesora Yésica González; por el Cabildo de Lanzarote estuvo el consejero de Vivienda, Miguel Ángel Jiménez; y, por Arrecife, los concejales Echedey Eugenio, Rosmen Quevedo y Roberto Herbón. Disculparon su ausencia el alcalde de Arrecife, Yonathan de León; el concejal Alfredo Mendoza y el consejero del Cabildo Óscar Noda. Los concejales Arrecife y el consejero de Vox no acudieron.  

De una vez por todas, se busquen soluciones

Representantes de la Asociación de Vecinos reclamaron que, "de una vez por todas, se busquen soluciones a los vecinos que conviven con sus viviendas apuntaladas y a otros que llevan 14 años desalojados, anotando que, tristemente, algunos han fallecido sin poder regresar a sus hogares donde, durante una vida entera, hicieron sus vidas y vieron crecer a sus hijos".  
 
La Asociación de Vecinos de Titerroy hizo llegar al director general de Vivienda del Gobierno de Canarias la situación del parque de viviendas Juan Salazar Ortiz, contraído en 1968 y situado entre la calle Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila, del barrio de Titerroy, que cuenta con 100 viviendas en un edificio de tres plantas

Algunas autoridades presentes en la reunión con los afectados de las viviendas de Titerroy.
Algunas autoridades presentes en la reunión con los afectados de las viviendas de Titerroy.

Agradecimiento a Antonio Betancort

La imagen de estos edificios no es la más adecuada, además de no cumplir con las medidas de seguridad y urbanísticas, y requieren de una remodelación en su conjunto. Titerroy agradeció el apoyo que han recibido durante estos 14 años de la Asociación Mesa Negociadora por las Viviendas de Rocar, Garavilla y Ojeda, y, en especial, de su portavoz Antonio Betancort

Tanto el director general de Vivienda del Gobierno de Canarias como con el concejal de Vivienda de Arrecife informaron que dichas administraciones se encuentran trabajando en concesión de la subvención nominativa para buscar el encaje legal. Tras finalizar dicha reunión, las autoridades presentes acompañados de los vecinos visitaron algunas de las viviendas afectadas, con el fin de conocer de primera mano en qué estado se encuentran viviendo con sus casas apuntaladas

Relato de una vecina desalojada

Una de las vecinas afectadas no pudo acudir por motivos de salud y fue su hijo quien hizo entrega de una carta a las autoridades presentes, que fue leída en voz alta
"A quien pueda interesar: 
Me cuesta mucho llevar al papel todas las sensaciones acumuladas desde que mi vida cambió para siempre aquel mes de julio del año 2009. Penurias y dificultades, mías y de mis hijos, que no han tenido una respuesta institucional a la altura de las circunstancias que nos ha tocado vivir. Sólo silencio, engaños continuos, desidia y abandono.  
Hoy, con la perspectiva que da el tiempo, he logrado entender que todo ha sido una auténtica burla y que nadie, nunca, ninguna institución, ha tenido interés ni voluntad por ayudarme a recuperar mi hogar…aunque con sus gestos y declaraciones públicas pretendieran mostrar lo contrario. 
A lo largo de este camino he perdido a mi marido fruto de una larga y dolorosa enfermedad. Nada ni nadie va a hacer que recupere el tiempo perdido. No lo pretendo porque he vivido lo que me ha tocado vivir. Tampoco es el fin de un escrito con el que únicamente pretendo agitar conciencias, si las hubiera, y dejar constancia de lo que he sufrido para que no vuelva a suceder, para que cualquier político preocupado por el bienestar de los ciudadanos sepa lo que no tiene que hacer. 
Este mal sueño arrancó hace 14 años cuando se desplomó el techo de una vivienda de la calle Timbayba que, lamentablemente, acabó con la vida de un joven. De forma simultánea, ese hecho transformó para siempre la vida de los vecinos propietarios de las viviendas colindantes. 
Más efectistas que efectivos, más preocupados por ofrecer respuestas a los medios de comunicación que en resolver la papeleta a los afectados, los profesionales de la Oficina Técnica del Ayuntamiento de Arrecife iniciaron una serie de visitas, casi diarias, para, en teoría, determinar los motivos del siniestro y el riesgo real de un nuevo desplome. 
Sin embargo, no fue hasta el 9 de mayo de 2013, casi cuatro años después, cuando se me obligó a desalojar mi vivienda de la noche a la mañana. Llegaron, reforzaron la casa con ocho puntales y me conminaron a salir de mi hogar casi de forma inmediata. No lo olvidaré nunca. Era un jueves y me dieron de plazo hasta el lunes: un fin de semana para cerrar una casa y dejar atrás toda una vida, quién sabía en aquel momento si para siempre. Se da la triste casualidad, además, de que mi marido se encontraba esos días en fase terminal.  
Solicité a los técnicos una prórroga para poder recoger mis cosas. Con la única ayuda de mis hijos, empaqueté las más necesarias e inicié la búsqueda de una vivienda temporal, un techo bajo el que dormir y convertir en una casa hasta que pudiera regresar a mi hogar. 
El 1 de agosto de 2013 firmé un contrato de alquiler con cargo al Ayuntamiento de Arrecife, que se ocupó de anunciarlo a los medios de comunicación. 
El Ayuntamiento de Arrecife no cumplió su compromiso y el 19 de abril de 2018 el propietario me comunicó su intención de denunciarme si en el plazo de un mes no recibía el importe de los 18 meses que el Consistorio le adeudaba. Es cierto que los pagos anteriores se habían producido de forma discontinua, nunca de forma puntual, pero se llega a esta situación como resultado de una gestión vergonzosa y vergonzante. No solo engañaron a quien sufrió el desalojo de su hogar sino también a quienes nos brindaron la posibilidad de sacar la cabeza a flote en un momento tremendamente complejo. 
El 9 de julio de 2018 hice entrega de la llave de esa vivienda de alquiler por impago del Ayuntamiento de Arrecife. Sin un techo donde cobijarme a un precio que pudiera pagar, mi hermana me acogió en su propia casa. Solo 16 días después, el 25 de julio de 2018, presenté un escrito al Diputado del Común informando de este nuevo desalojo. Nunca contestó nadie. 
Con anterioridad, el 10 de octubre de 2016, mi hijo presentó una denuncia en la Policía Local de Arrecife. Entraron en mi antigua casa, me robaron lo poco que me quedaba allí, y la ocuparon. Se dio registro de entrada a la denuncia, pero tampoco nunca nadie jamás nos contestó ni, que sepamos, movió un dedo para solucionarlo. 
Hoy, sigo viviendo en casa de mi hermana. Diagnosticada recientemente de una enfermedad terminal, el pasado 18 de julio pedí ayuda al Ayuntamiento de Arrecife para afrontar el invierno de mi vida. Lamentablemente, tampoco recibí respuesta alguna.  
Hoy, cansada de promesas llenas de palabras, pero vacías de contenido, y hastiada de políticos más preocupados de firmar pactos que de la vida de las personas no pido ya nada para mí. Tampoco para mis hijos, para quienes solo tengo palabras de agradecimiento. Solo espero, como decía, que esta sinrazón no se vuelva a repetir jamás.  
También quiero transmitir mi agradecimiento a la Asociación de Vecinos de Titerroy y a su presidente, Ismael Montero, por la ayuda que me ha prestado durante este tiempo, por su interés, por su entusiasmo contagioso y por el empuje constante que ha dado siempre a este asunto. 
Desalojada en dos ocasiones de una casa, confío en que quienes me han engañado impunemente durante estos 14 años tengan sus conciencias limpias y puedan descansar plácidamente cuando duerman en sus casas por las noches. Yo no he podido hacerlo desde hace más de 14 años".

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