La lista de BIC sigue creciendo: el Castillo de San José y el Taro de Tahíche, nuevas propuestas

El Cabildo de Lanzarote sigue empeñado en que la mayor parte de los edificios de alto valor histórico, arquitectónico, artístico, arqueológico, etnográfico o paleontológico de Lanzarote sean declarados Bienes de Interés Cultural (BIC), la máxima protección patrimonial que otorga la Comunidad Autónoma de Canarias. A los expedientes puestos en marcha en las últimas semana para declarar entre otros a varios edificios de la Calle Real, Los Jameos del Agua o el entorno de la iglesia de Femés se suma ahora la intención de declarar BIC en la categoría de Monumento al Castillo de San José en Arrecife y al Taro de Tahíche que alberga la Fundación César Manrique (FCM).

 

Según el expediente puesto en marcha por el Cabildo se destaca que con  el Castillo  de San José se inicia y a su vez consolida la pauta marinera, pesquera e industrial derivada de este sub-sector económico. “Todas estas actividades representan una alternativa que se ofrece al resto de la población insular, exclusivamente dedicada al sub-sector agrícola. El principal papel de la fortaleza es la defensa del Puerto y la Bahía de Naos, ya que supone no solo un bien económico, sino también un punto de acceso de las incursiones, principalmente piráticas del exterior. El Castillo y la actividad económica están interrelacionadas, no extendiéndose el desarrollo económico, comercial, naval, etc. sin la presencia del castillo, y a este en un ambiente de inexistencia de esta actividad”, señala el expediente. 

 

El Castillo se concibe durante el reinado de Carlos III. En 1767 se proyecta levantar una batería en la punta Cueva de Inés, situada en un espacio cercano al mejor litoral en el que se reparan y carenan navío de todo el Archipiélago. Este proyecto es obra del Teniente Coronel de Ingenieros Alejandro de los Ángeles.

 

Además, en el informe del Cabildo se indica que “la fortaleza entra en un estado de abandono durante gran parte del siglo XX, hasta que César Manrique a principios de los años setenta y tras la enriquecedora experiencia del espacio cultural de El Almacén, propone al Cabildo de Lanzarote un nuevo uso para esta antigua edificación convertirla en un Museo de Arte contemporáneo, el cual se inaugura en 1976”.

 

Según el expediente “las intervenciones en el entorno de protección deben de garantizar en todo momento que las diferentes actuaciones que se vayan a realizar no afecten las visuales del monumento, ni aminoren el carácter de hito paisajístico. Al contrario, las actuaciones deben ir encaminadas a poner en valor dicho monumento como elemento predominante en el paisaje. Por esta razón se entiende que las posibles edificaciones que se pudieran realizar en el entorno de protección deberían de limitarse a una altura como máximo para no ir en detrimento del protagonismo del Castillo. En todo caso, las posibles nuevas construcciones deberán ser estudiadas de forma detallada para que no compitan ni en volumen, altura ni diseño con el Monumento”, recalca.

 

 

El Cabildo también ha incoado el  expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, a favor del inmueble conocido como “Taro de Tahiche” que alberga la sede de la Fundación César Manrique, situado en Tahiche, término municipal de Teguise.

 

En el informe se indica que el inmueble conocido como “Taro de Tahiche” que alberga la sede de la Fundación César Manrique, se encuentra recogido en el Catálogo de Protección de Patrimonio Arquitectónico y Monumental del Plan Insular de Ordenación Territorial de Lanzarote con un grado 2 de protección. Además se resalta que el inmueble también se encuentra recogido en el Catálogo Arquitectónico Municipal de Teguise.

 

El inmueble que alberga la sede de la Fundación César Manrique, conocido como el “Taro de Tahiche”, situado en el Volcán de Tahiche, en el término municipal de Teguise representa desde el punto de vista del Patrimonio Histórico un conjunto de notorios valores históricos, arquitectónicos y artísticos que constituyen un testimonio singular de la cultura lanzaroteña. 

 

La primitiva vivienda del artista se gestó a raíz de su establecimiento en Lanzarote, después de su estancia en Nueva York. “Mientras que en el resto de su obra arquitectónica el artista estuvo asesorado por otros técnicos, su vivienda fue construida únicamente con la ayuda de un maestro de obras bajo su supervisión. Al ser esta un ejemplo donde las ideas de Manrique no pudieron verse atenuadas por sus asesores, se revela de forma más palpable el ideario del artista”, se añade.

 

Desde 1992 es sede de la Fundación Cesar Manrique. La adaptación comienza en 1990 con la ampliación y remodelación para acoger su Fundación, con el objeto de adaptarla a su nueva función se han ejecutado obras de mejora y adecentamiento. Entre ellas destacamos la parcial modificación de las vías de comunicación de las burbujas subterráneas; supresión de algunos espacios destinados al uso doméstico; construcción de naves y zonas para mantenimiento de una compleja infraestructura y para el almacenamiento de obra pictórica, etc. Las obras de cambio de uso concluyeron en 1994 con una sala destinada a exposición itinerante que recuerda en su interior al típico taro que los campesinos utilizaban.

“Sin embargo, estas obras, lógicamente necesarias, no han desvirtuado el carácter y el espíritu del conjunto, que no es otro sino el del propio artista”, indica el informe.