TERRITORIO

El suelo agrícola en Lanzarote, un recurso muy escaso y frágil

El 92% del suelo de Lanzarote no es urbanizable y el restante se divide en varias categorías de suelo urbano y urbanizable.

El suelo agrícola en Lanzarote, un recurso muy escaso y frágil

El suelo en Lanzarote es un recurso escaso y frágil y, por ello, muy valioso no sólo desde el punto de vista económico, sino en cuanto un factor esencial para el adecuado desarrollo de la isla. Alrededor del 40% de la superficie insular está protegida por diferentes normas, otra buena parte del suelo es rústico, productivo o no, y en el resto se asienta la población y opera la industria turística, que es altamente consumidora de territorio. El 92% del suelo de Lanzarote no es urbanizable y el restante se divide en varias categorías de suelo urbano y urbanizable.
 
La superficie cultivada en Lanzarote asciende a unas 3.700 hectáreas, de las que menos de mil son de regadío. La viña es el cultivo dominante y ocupa unas dos mil hectáreas, y se estima que hay cerca de treinta mil árboles frutales. Esta es la ficha básica de los suelos productivos con fines agrícolas que conviene repasar tal día como hoy, 7 de julio, Día Internacional de la Conservación del Suelo. Esta fecha se instauró para concienciar a las personas de la importancia fundamental que tiene la tierra dentro del frágil equilibrio medio ambiental del planeta.
La superficie de Lanzarote es de 84.600 hectáreas, pero los terrenos agrícolas ocupan tan solo el 4%
 
Lanzarote cuenta con una superficie de 84.600 hectáreas, pero los terrenos agrícolas ocupan tan solo el 4%. El gran atractivo de Lanzarote es su paisaje, que se debe a la acción de los volcanes, de una parte, y a la intervención de los agricultores, de otra, y que ha sido tradicionalmente respetuosa con el entorno. Pero el territorio agrícola va a menos. Su mano de obra se encuentra envejecida, el sector genera rentas muy bajas, el trabajo es duro y los jóvenes no encuentran motivos para dedicarse a la agricultura. Por eso, la regresión agrícola ha puesto a la isla en un brete.  
 
El Día Internacional de la Conservación del Suelo recuerda que el territorio es un sistema complejo que da soporte a todas las formas de vida, como las plantas y animales, sino que además sirve de sustrato para el crecimiento de la vegetación, garantizando los nutrientes necesarios para todas las especies. La contaminación o la explotación excesiva de los suelos afectan al medio ambiente y pone en riesgo la supervivencia de las especies. Sin embargo, hay quien solo ve parcelas o solares sobre las que poder edificar para montar algún negocio.
El Pacto de las Flores no la va a derogar la Ley del Suelo, sino que la va a reformar
 
La desertificación es quizá el problema más grave que afecta al territorio. Es un proceso de degradación ecológica en el que los suelos fértiles pierden total o parcialmente su capacidad productiva, un fenómeno se puede dar por varias causas. Una es la  desforestación, un problema desconocido en Lanzarote. Otra es el uso desequilibrado o excesivo de los suelos. Una tercera es la erosión, es decir la pérdida de capas fértiles que limitan la capacidad productiva de ese suelo. También influye el mal uso de equipos mecanizados si llegan a contaminar el suelo. Por último, en la isla se cita el riego con aguas desalinizadas y depuradas.  
 
El territorio en las Islas está regulado por la Ley del Suelo, de 2017, cuya tramitación y aprobación con el respaldo de CC y PP fue muy contestada. En su Preámbulo dice: “Las normas territoriales y urbanísticas aprobadas, así como su desarrollo y aplicación por los instrumentos de planeamiento, se han revelado, en cierta medida, como una limitación que va mucho más allá de lo necesario para la consecución de los fines que las justifican; que, en ocasiones, se transforman en obstáculos, no siempre explicables; que dificultan, o, incluso, impiden, un desarrollo racional y sostenible del territorio”. El Pacto de las Flores no la va a derogar, sino a reformar. Y parece que es inminente.

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