21 DE OCTUBRE

Día Mundial del Ahorro de Energía: en Lanzarote lo podríamos hacer mucho mejor

Central de producción de electricidad de Endesa en Arrecife.

Pese a los continuos avisos que nos llegan, no parece que en Lanzarote estemos haciendo suficientes esfuerzos colectivos ni individuales. Y en el horizonte, el inminente crecimiento de la planta alojativa.

Día Mundial del Ahorro de Energía: en Lanzarote lo podríamos hacer mucho mejor

Dicen que el Día Mundial del Ahorro de Energía fue instaurado en 2012 por el Foro Energético Mundial con la intención de conservar los recursos naturales y para lograr eficiencia en el área energética. No hay unanimidad en lo primero y convendría que hiciéremos causa de lo segundo. En todo caso, lo importante es lo que representa, ya que el cuidado del medio ambiente es una tarea que nos corresponde a todos, pues aquí vivimos, aquí compartimos y aquí queremos que sigan nuestros hijos.

Aunque en el fondo sabemos que debemos cuidar el planeta, no todos asumimos nuestra parte de responsabilidad en hacerlo, como tampoco lo hacen muchos gobiernos del mundo. En nuestro afán como sociedad, de desarrollarnos industrial, económica y tecnológicamente hablando, así como de utilizar recursos como el carbón y el petróleo de manera indiscriminada, terminamos por destruir el medio ambiente, sin tomar en cuenta los daños irreparables que esto puede ocasionarnos.

Lanzarote, sin ir más lejos, consume una cantidad de energía exagerada para suministrar agua a la población y no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo cuando se ha vinculado la energía limpia a la desalación de agua.

Sin embargo, en conjunto, parece que hemos frenado el imparable aumento del consumo de energía que llevábamos entre 2013 (776 mil MWh) y 2017 (817 mil MWh), según se refleja en las estadísticas del Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote. En 2018 el consumo bajó a 816 mil MWh.

Antes de estas fechas sólo en el año 2008 se dieron cifras de consumo más altas (821 mil MWh). La llegada de los años de la crisis frenó en seco la espiral de consumo energético que llevábamos, imparables desde 1987, año en que se conocen los primeros estudios al respecto.

Tampoco desde el punto de vista individual hemos contribuido a minorar el consumo. En el año 1987 cada lanzaroteño gastaba una media de 5’2 MWh. En los años 2005 y 2006 el consumo era de más del doble (11,3 MWh). En 2018 cada residente consumió 10’2 MWh, una décima menos que el año anterior.

En la actualidad la producción de energía eléctrica en Lanzarote en los primeros ocho meses del año desciende con respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, no tenemos excesivos motivos para el optimismo ya que la planta alojativa está creciendo y, con ella, el consumo de energía eléctrica.

Celebremos el Día Mundial del Ahorro de Energía

Hoy muchas organizaciones, asociaciones, o instituciones desarrollan actividades destinadas al ahorro energético: campañas, foros, talleres, seminarios, guías para el uso adecuado de la energía, juegos infantiles con la temática, presentación de libros y folletos, rescate de espacios físicos, eventos culturales, elaboración de murales ecológicos, videos, campañas de concienciación y muchísimas otras más.

Todos podemos celebrarlo de distintas maneras. Por ejemplo, apagando las luces que no utilices o desenchufando el cargador, ir en bicicleta, escribir un poema sobre la importancia de cuidar el planeta, dibujar lo maravilloso de cuidar el medio ambiente, cualquier iniciativa es bienvenida y hay múltiples maneras de expresarlas. En las redes sociales, los impactos que se produzcan se reunirán en la etiqueta #DíadelAhorrodeEnergía.

Pequeños gestos, grandes ahorros

Cada cual de nosotros, en nuestro devenir cotidiano, podemos hacer pequeños gestos que contribuyan al ahorro de energía. Van unas ideas:

Utilizar la luz natural mientras sea posible.

Desenchufar dispositivos o cargadores que no necesitemos.

Utilizar bombillas de bajo consumo.

Apagar luces o televisores que no estemos utilizando.

Controlar el uso de la calefacción y aire acondicionado.

Desenchufar aquellos aparatos que no necesitan de conexión continua.

Procurar descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sin la utilización del microondas.

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