Lleva más de 20 años como voluntario

Fernando Olmeda, 82 años y voluntario comprometido de Cruz Roja

"De los siete días de la semana, ocho estoy en Cruz Roja", dice uno de los voluntarios más activos de Cruz Roja Lanzarote, todo un ejemplo de compromiso e implicación.

Fernando Olmeda, 82 años y voluntario comprometido de Cruz Roja

Tiene 82 años de edad y es voluntario de Cruz Roja en Lanzarote. Fernando Olmeda lleva a rajatabla el ideario de la institución: acción humanitaria, apoyo social, información y sensibilización a favor de las personas más vulnerables. Ya no tiene la fortaleza de otra época y no realiza tareas físicas, por lo que se centra más en acompañar a personas que lo necesitan.

“De los siete días de la semana, ocho estoy en Cruz Roja”, dice Fernando Olmeda, un madrileño que recaló en Lanzarote hace 42 años para trabajar en la hostelería y que antes de incorporarse a Cruz Roja fue voluntario en Cáritas. El día 7 del pasado mes de abril, sus compañeros le tributaron un homenaje sorpresa por sus casi veinte años de dedicación. Fue en la sede de Los Gorfines, situada al lado de las instalaciones de Cruz Roja en Arrecife.
 
Nacido en 1936, es uno de los voluntarios más activos de Cruz Roja Lanzarote, todo un ejemplo de compromiso e implicación. Acompaña a otras personas mayores que lo necesitan para realizar actividades de la vida diaria, como realizar gestiones, visitar al médico o hacer la compra. “Siempre que le necesitamos para lo que sea está ahí para ayudar”, ha comentado una trabajadora social de esta organización que fue fundada hace más de 150 años. 
 
Se le saltaron las lágrimas cuando atendió a su primera patera
 
Fernando también es voluntario en Socorro y Emergencias, en concreto en Preventivos Terrestres y en el Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE). Esta última es una rama de la Cruz Roja dedicada y entrenada para poder movilizarse en caso de emergencia a cualquier punto de la geografía nacional o internacional. En concreto, hay un ERIE de Ayuda Humanitaria a Inmigrantes, en el que está integrado el octogenario voluntario.
 
Este subgrupo se especializa en proveer los medios humanos y materiales para ofrecer a los inmigrantes irregulares abrigo y los cuidados médicos y alimenticios básicos cuando llegan a las costas españolas a bordo de frágiles embarcaciones, mal llamadas pateras o cayucos. En la isla hay un subgrupo con carácter fijo.
 
Este grupo humano suele activarse de madrugada, que es cuando suelen llegar las pateras. La edad no es un impedimento para Fernando Olmeda y se levanta a la hora que se le requiera para cumplir con su vocación de servicio. Aún recuerda la primera patera que atendió: se le saltaron las lágrimas al ver las condiciones en que llegaron sus ocupantes, apiñados en la pequeña embarcación. 
 
El voluntariado es un movimiento de socorro de carácter desinteresado
 
Cruz Roja es la red humanitaria más grande del mundo, con cerca de 13 millones de personas voluntarias en 189 países. Esta institución presta auxilio sin discriminación y se esfuerza en prevenir y aliviar el sufrimiento de las personas en todas las circunstancias. Tiende a proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a los seres humanos. Asimismo, favorece la comprensión mutua, la amistad, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.
 
Cuando Fernando Olmeda y el resto del equipo son movilizados, no hacen ninguna distinción de nacionalidad, raza, religión, condición social ni credo político. Se dedican únicamente a socorrer a los necesitados en proporción con los sufrimientos, remediando sus necesidades y dando prioridad a las más urgentes. El voluntariado es un movimiento de socorro de carácter desinteresado.
 
A pesar del tiempo transcurrido, Fernando recuerda con pesar el naufragio acaecido en 2009 en la costa de Guatiza, en el que una patera volcó a escasos 20 metros de Los Cocoteros' dejando un balance de 25 fallecidos, entre ellos 17 menores y dos mujeres.

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