CRISIS VOLCÁNICA EN LA PALMA

Goretti Sarasibar, voluntaria: "En La Palma se pierde el mundo tal como se había conocido"

Goretti Sarasibar, junto a su hija Kenya, no dudó en embarcarse hacia La Palma el pasado 28 de septiembre. Sospechó, como así está siendo, que se precisan muchas manos para aliviar tanto dolor en medio de la tragedia por la erupción de Cumbre Vieja

Goretti Sarasibar, voluntaria: "En La Palma se pierde el mundo tal como se había conocido"

Goretti Sarasibar, junto a su hija Kenya, no dudó en embarcarse hacia La Palma el pasado 28 de septiembre. Sospechó, como así está siendo, que se precisan muchas manos para aliviar tanto dolor en medio de la tragedia por la erupción de Cumbre Vieja.

"Al principio dormimos en el coche", cuenta Goretti a Biosfera TV por videoconferencia, a pie de calle, desde La Palma, donde sigue 17 días después de su marcha. "Nos pusimos a las órdenes del Ayuntamiento de El Paso para lo que pudieran necesitar". Y lo primero que les mandaron hacer fue "descargar un montón de ayuda de camiones y contenedores. Es desbordante la solidaridad con La Palma".

 "Hay medio metro de ceniza en los tejados y te siguen lloviendo piedras"

De ahí pasaron al recinto ferial donde les encomendaron seleccionar ropa. "Es como si fuera una tienda grande y necesita cierto orden. La gente va en shock y ni siquiera saben muy bien qué coger. Hay que ayudar e incluso los psicólogos son necesarios". Su hija Kenya´, que ya ha regresado a Lanzarote para retomar los estudios que dejó momentáneamente aparcados para ayudar, se quedó all en ese centro logístico. Goretti partió "a la primera línea".

Desde entonces forma parte de una cuadrilla que, junto al personal de las instituciones, "vamos habilitando y desbloqueando carreteras y caminos por donde no pueden acceder las máquinas barredoras que quitan la ceniza. Es como una gran nevada", afirma Goretti. "En las zonas de exclusión" -lugares que han sido evacuados- "hay que limpiar tejados y pérgolas para evitar que colapsen". La situación es dantesca: "hay medio metro de ceniza en los tejados y te siguen lloviendo piedras".

Preguntada acerca de lo peor que se vive en estas circunstancias, no lo duda: "Ya no es que se te caiga la casa o que te quedes sin trabajo: es que desaparece el mundo tal como lo conociste. Nunca volverás a estar igual. En un incendio o en una inundación, puedes recuperar el hogar, el barrio...aquí no. El desarraigo es absouto", concluye Goretti, que hace un llamamiento a la cooperación "hacen falta muchas más manos".

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