"Hace demasiado daño a los corruptos como para darle carpetazo", dicen

La web satírica 'El Agitador' prosigue sin Carlos Meca

Los nuevos editores aclaran que continuarán con la línea marcada, “pero intentando hacerla al mismo tiempo más creíble, más mordaz y más repartida en la crítica”.

La web satírica 'El Agitador' prosigue sin Carlos Meca

#satiramadeinlanzarote. Inaugura una nueva etapa uno de los medios de comunicación insulares absolutamente imprescindibles si de verdad se quiere comprender el devenir de la isla en los últimos diez años. Dedicado ahora a tareas de oposición en el Cabildo en representación de Podemos, Carlos Meca abandona su autodenominada 'cobarde atalaya', en clara demostración autocrítica de que, en primer lugar, es capaz de reírse de sí mismo. El resto del equipo y alguna incorporación prosigue con el proyecto.
 
La web satírica www.elagitador.com hacía el anuncio el pasado 20 de septiembre, a través de un editorial titulado 'El Agitador sigue'. Sus nuevos editores afirman que El Agitador "hace demasiado daño a los corruptos como para darle carpetazo". Su compromiso es inequívoco cuando expresa que, en estos últimos años, "han sido muchas las viñetas que no han sido publicadas y las ideas que han sido rechazadas". Y lo explican así: "El hecho de que el anterior editor ocupara un cargo público ha llevado a aplicar en incontables ocasiones una autocensura que consideramos incompatible con el humor y la sátira, que no puede estar sometida al corsé de lo políticamente correcto".
 
Irreverente, políticamente incorrecta, polémica y satírica, así es 'El Agitador'
 
Para que no haya dudas sobre su talante, aclaran que continuarán con la línea que ha marcado la web, "pero intentando hacerla al mismo tiempo más creíble, más mordaz y más repartida en la crítica". Las risas diarias están aseguradas. Los cabreos de los retratados, también.
 
Crítica política es lo que viene haciendo El Agitador. Su trayectoria es, por ello, un tratado, sintético y visual, del devenir de Lanzarote, un compendio ingenioso de lo que de relevancia acontece, siempre en el ámbito del poder en cualquiera de sus manifestaciones. Irreverente, políticamente incorrecta, polémica y satírica, la web ha ido mutando en sintonía con la evolución de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, aunque situada en todo momento en vanguardia del pensamiento crítico insular.
 
Gusta o no, lisamente. Gusta sólo a veces, llanamente. Sólo ocasiona disgustos, según en qué ámbito. Reprobable e inaceptable, para algunos. Están tardando en cerrarla, a juicio de unos pocos. Un elemento de distorsión de la convivencia, clama alguno. Una falta de respeto hacia las buenas personas y las mejores costumbres, sisean por allá. Mientras todas estas opiniones y otras tantas se quejan de su mordacidad, el personal se parte la caja. Ríen los de abajo, los desposeídos, los amordazados, los aplastados, los desesperanzados…
 
El humor mejora la calidad de la coexistencia democrática, cuando la hay
 
El poder, toda manifestación de poder, se roncha cuando la crítica le llega en formato de humor. Le resulta inadmisible porque no sabe combatirlo. De ahí que surja el pronto de aniquilar esta manera de poner en solfa a las instituciones y a sus representantes. Pero es imposible. El humor ha derribado fronteras y dictaduras, y, donde quiera que brote, mejora la calidad de la coexistencia democrática, cuando la hay.
 
Con el sentido del humor como herramienta, El Agitador se adelantó varios años a los nuevos movimientos civiles y políticos que tratan de ofrecer un nuevo impulso a la alicaída democracia en esta isla. Y ello desde la convicción de que la desinformación y la mala información, cuando no la información oficial y la evidente manipulación, son nocivas para la salud de las personas. Ni súbditos, ni subyugados, ni consumidores, ni opinión pública: personas, ciudadanos con derecho a risa, se reconocen en esta forma de retratar la realidad.
 
No es plato de buen gusto sentirse ridiculizado debido a palabras dichas, obras o inacciones. Pero no sé de qué nos quejamos: hay acciones y declaraciones en esta isla, provenientes de lo público, que sólo pueden ser tomadas a risa. Y eso hace El Agitador.

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