ARRECIFE

Colonias de gatos en Arrecife, en la lista de asuntos pendientes de resolver

Gatos en el Parque de Maneje. Foto JL Carrasco.
Gatos en el Parque de Maneje. Foto JL Carrasco.

Aumenta el número de voces que reclaman reconocer a las colonias de gatos como un fenómeno propio de las ciudades que necesitan una solución eficaz y humanitaria

Colonias de gatos en Arrecife, en la lista de asuntos pendientes de resolver

Hay pocos debates que susciten tanta pasión como plantear qué hacer con los gatos callejeros. Mira en Caleta del Sebo… La razón, probablemente, estriba en que la presencia de los gatos entre los humanos viene de viejo y ya en la antigüedad eran venerados. En Lanzarote, en el pasado, no había mayor problema con los gatos. Estaban presentes en la sociedad tradicional, pero su misión en la vida se limitaba a cazar ratones y, por eso, era habitual verlos en Arrecife habitando en almacenes, tiendas o alrededor de los barcos y las factorías de pescado.

Por lo tanto, aunque siempre ha habido gatos callejeros, en los últimos tiempos ha proliferado en Arrecife una modalidad que son las colonias alimentadas por personas sensibles ante su situación de desamparo. Les dan de beber y de comer a diario, al igual que sucede en muchos núcleos urbanos, por lo que han aprendido a sobrevivir en libertad, en solares privados y casas viejas abandonadas. Estos animales, muy independientes y territoriales, se desenvuelven en un ambiente hostil y suelen agruparse y formar las llamadas colonias de gatos asilvestrados.

Los gatos callejeros forman parte de la fauna urbana

Los gatos callejeros forman parte de la fauna urbana de las ciudades y están integrados en el medio en el que desarrollamos nuestra vida cotidiana. Normalmente pasan desapercibidos y sólo se hacen notar de noche, cuando los humanos descansan, o cuando, a causa de la superpoblación, comienzan a ser un problema medio ambiental o sanitario. Para comer, rebuscan entre los residuos urbanos depositados en contenedores y, para ellos, no hay nada más sugerente que uno situado en una calle apartada y con la tapa abierta.

Se cree que la domesticación del gato comenzó entre el 7.500 y el 7.000 ates de Cristo. Pero, a pesar de los milenos transcurridos, una colonia de gatos asilvestrados no controlada puede crear un foco de insalubridad, un riesgo sanitario y molestias que la vecindad no tiene por qué soportar. Llegados a este punto, los problemas se dejan sentir de inmediato. Básicamente el deterioro de las condiciones de salubridad del entorno en los que los gatos son alimentados, como malos olores, suciedad, dispersión de basuras, deyecciones de los animales… Además de plagas asociadas, como pulgas, o problemas vecinales debido a los ruidos, maullidos en época de celo o peleas entre ellos.

Gatos que se alimentan de fauna silvestre protegida

Hoy día, a nadie se le ocurre proponer el control de los gatos callejeros mediante el exterminio. Casi nadie consiente el maltrato y el abandono de un animal, y tanto las conductas éticas cuanto las leyes y ordenanzas municipales persiguen los malos tratos. De ahí que aumente el número de voces que reclaman que los ayuntamientos tomen medidas reconociendo a las colonias de gatos como un fenómeno propio de las ciudades que necesitan una solución eficaz y humanitaria. Cosa distinta, y aun no resuelta, es qué hacer con los gatos que ocasionan daños irreparables a la fauna silvestre protegida, incluso en peligro de extinción, como es el caso de la musaraña canaria.

Es la manera humana de evitar que los gatos malvivan, padezcan enfermedades, mueran de inanición o envenenados, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de las ordenanzas municipales prohíben expresamente alimentar a los animales abandonados en la vía pública. El método más efectivo y ético para el control de las colonias de gatos es la captura, esterilización y suelta en su entorno. Y, por último, el control de las colonias y autorizar expresamente a quienes los alimentan.

Turistas respetuosos con los gatos

El trato exquisito hacia los gatos, fuera del ámbito doméstico claro está, se expandió con el turismo, al ser los visitantes de los primeros complejos de apartamentos situados en Puerto del Carmen quienes nos enseñaron a verlos con otros ojos a finales de los años sesenta y primeros setenta del siglo XX. Los trataban a cuerpo de rey.
Pero, por diversas razones, los gatos callejeros han regresado a un estado semisalvaje. Provienen de gatos domésticos que han sido abandonados, huidos de sus amos, perdido por sus dueños, o ser descendientes de gatos en esta situación. La extraordinaria fertilidad felina y la capacidad de las hembras para llevar a un buen término sus embarazos, convierten a estos animales en potenciales pobladores de cuantos espacios tengan a su disposición.

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