En manos de abogados

El desespero de una familia amenazada de desahucio: "Solo pedimos un poco de tiempo para encontrar otro hogar"

Reportaje de la familia en riesgo de desahucio

Saadia Bourajaa, Messaoud El Farri, y sus tres hijas, podrían verse en la calle en poco tiempo. La familia está a la espera de un juicio, para tratar de frenar o ralentizar la situación, mientras encuentran otra casa que puedan permitirse

El desespero de una familia amenazada de desahucio: "Solo pedimos un poco de tiempo para encontrar otro hogar"

La familia de Saadia Bourajaa podría verse en la calle en poco tiempo. Es el drama que vive desde que tuvo lugar el confinamiento, junto a su pareja, Messaoud El Farri, y a sus tres hijas, de cuatro, once y trece años. 

Desde la época en que, con motivo de la pandemia, la sociedad se confinó, la familia de Saadia está en un sinvivir. Primero recibieron un aviso, verbal, luego un burofax, que se mantuvo mes a mes, y lo último, hace muy poco, una notificación del juzgado diciendo que tenían diez días para abandonar la casa.

Saadia explica en la entrevista que su familia ha estado "desde el primer momento" buscando alternativas. "En cuanto supimos que el dueño quería que nos fuéramos, nos pusimos a buscar casa, pero no hay nada que podamos permitirnos".

Messaoud llega a Lanzarote en 2002. Más adelante Saadia, en 2007. Desde 2008, la pareja vive en una de las casas del jefe de Messaoud, en la que siguen actualmente, a la espera de lo que pueda ocurrir con la amenaza de desahucio. Los momentos de crisis económica y de vulnerabilidad llegan a la familia cuando él sufre un accidente laboral.

"Solo pedimos un poco de tiempo para poder encontrar otra vivienda que podamos permitirnos”

Distintas disputas con su jefe tras el accidente, terminan con un papel en el que se notifica que Messaoud había tenido un accidente común, y no en su jornada laboral, por lo que varían las condiciones de pago y pensión y también cambia de inmediato la relación con su jefe. Tras lo ocurrido, Messaoud ya no puede volver a trabajar. Este último accidente afecta gravemente a su espalda, por lo que debe permanecer en casa.

Saadia asegura que no pueden dormir, que viven con el miedo de levantarse y tener que salir de casa, junto a sus tres hijas, sin un lugar a donde ir. “De la noche a la mañana nos dijeron que no nos renovaban el alquiler, que nos teníamos que marchar. Si nos tenemos que ir, nos iremos, pero solo pedimos un poco de tiempo para poder encontrar otra vivienda que podamos permitirnos”.

Respecto al pago del alquiler, Saadia explica que "en todos estos años nunca hemos dejado de pagar el alquiler. Solamente estos últimos dos meses, porque me recomendaron que así lo hiciera hasta que se celebrara el juicio". Cobrando, según expone Saadia, unos 720 euros de pensión, y pagando 450 de alquiler. El resto, para mantener a sus tres hijas.

Un problema el de los desahucios que permanece, pese al escudo social que se desplegó por parte de las administraciones en plena pandemia, y que aún sigue vigente, para proteger a las personas más vulnerables. Ahora, Saadia, Messaoud y sus tres hijas tendrán que esperar a la fecha del juicio, el próximo 13 de julio, para saber si tendrán que abandonar la casa de inmediato, o si por el contrario, tal y como solicitan ellos, se podrán quedar hasta conseguir otro hogar.

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