Manrique sigue presente en los jardines y piscinas del Hotel Paradisus Salinas

Mural de César Manrique. Zona de Recepción del Paradisus Salinas Lanzarote.
Mural de César Manrique. Zona de Recepción del Paradisus Salinas Lanzarote.

En torno a la piscina de trazo irregular surgen improvisados jardines que evocan al paisaje agrícola de La Geria, pero su aportación más significativa son los jardines interiores

Manrique sigue presente en los jardines y piscinas del Hotel Paradisus Salinas

Tras someterse a una profunda rehabilitación en la que se han invertido 15 millones de euros, reabre sus puertas el Hotel Las Salinas, que ahora lleva el nombre de Hotel Paradisus Salinas. Gestionado por el sello Paradisus by Meliá con la categoría cinco estrellas Gran Lujo, ofrece 282 habitaciones y villas, una piscina de 1.800 metros cuadrados, jardines singulares diseñados por César Manrique y siete propuestas gastronómicas

El primigenio Hotel Las Salinas, en Costa Teguise, es uno de los establecimientos alojativos más emblemáticos de la isla. Lleva la firma del arquitecto Fernando Higueras y fue distinguido con el Premio Internacional de Arquitectura. Los jardines, las piscinas y los murales ubicados en la zona de recepción y el restaurante del hotel son una creación de César Manrique.

En abril de 1994, el Cabildo procedió a la incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Jardín Histórico, a favor de los jardines interiores y exteriores del Hotel Las Salinas, a propuesta del Servicio de Patrimonio Histórico. El expediente caducó un año más tarde. En 2003 se volvió a la carga y en 2009 se produjo la denuncia de mora en la tramitación por parte del Ayuntamiento de Teguise. No hay constancia de que se haya declarado formalmente la caducidad del expediente.

1974, un año fecundo para el artista

Formarían parte de este nonato Jardín Histórico el patio interior central y su continuación por su lateral con los jardines colgantes adosados al inmueble en niveles superiores. En el exterior la zona de jardines y piscinas, así como las terrazas exteriores que forman las jardineras colgantes. Asimismo, estaría afectado por la incoación el mural fabricado en escayola, sin título y situado en el hall del hotel, así como los murales de conglomerado volcánico denominados Atlántida, situados en el área de desayunos y restaurante.

Las obras del hotel se iniciaron en 1974 y la labor de César Manrique consistió en la ejecución de diversos murales interiores, diseño de la piscina y jardinería interior y exterior. Aquel fue un año fecundo para el artista, pues al mismo tiempo publicó Lanzarote. Arquitectura inédita, fundó el Centro Polidimensional El Almacén, inició los trabajos de restauración del Castillo de San José, futuro Museo Internacional de Arte Contemporáneo, y reconstruyó la ermita de Máguez.

Las ideas de integrar aspectos del mundo natural a través de las alusiones al mar en los murales, a la naturaleza mediante la integración de una flora preferentemente endémica, y al entorno mediante el uso de materiales propios, como el rofe o la piedra natural, otorgaron al edificio una imagen muy peculiar. En el Hotel Las Salinas, Manrique aplicó ideas que pretendían la integración del edificio en la naturaleza, algo habitual en él.

Jardines interiores.
Jardines interiores.

Haces de luz filtrados desde el exterior

Los jardines exteriores aparecen en las terrazas de cada habitáculo del hotel, a la manera de bancales envolviéndolo casi en su totalidad. Además, en torno a la piscina de trazo irregular surgen improvisados jardines que evocan al paisaje agrícola de La Geria. Incluso las duchas fueron guarnecidas por delicadas construcciones de piedra basáltica.

La aportación más significativa de Manrique son los jardines interiores. Dentro, la flora que se beneficia del agua que discurre bajo ella y los haces de luz filtrados desde el exterior crean un ambiente de sensaciones. Bajo el octógono del espacio unificador del edificio, el agua desciende entre una vegetación que reúne múltiples especies. Las controladas cascadas de agua nacen en otro jardín situado en una cota superior.

Sobresalen por último los murales diseñados por Manrique para este edificio. En el vestíbulo y, sobre todo, en el restaurante del hotel aparecen labrados en las paredes dos magníficas composiciones que manifiestan, una vez más, el carácter totalizador de su concepción del arte.

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