MORTALIDAD
Morirse en Lanzarote: más los hombres, de 70 años de media y de Haría

Por municipios, la tasa bruta de mortalidad más elevada la tiene Haría (8,7) y la más baja Yaiza (3,3), tanto en hombres como en mujeres.
Lanzarote tiene una baja tasa de mortalidad, un indicador este que mide el número de defunciones de una población por cada mil habitantes durante un año. Pero no nos engañemos, ya que este índice no expresa que los lanzaroteños tengamos una salud de hierro o que hayamos encontrado el elixir de la eterna juventud. Para nada. El motivo de esta baja tasa de mortalidad se debe fundamentalmente a una cuestión de estructura demográfica: la población lanzaroteña es más joven que la de Canarias y, a su vez, la población del archipiélago es más joven que la de España. Así de sencillo.
La media de edad de las personas fenecidas ronda los 74 años
La tasa de mortalidad de Lanzarote es de 5 por mil habitantes, y bastante más baja que la del conjunto de Canarias (7,4) y casi la mitad que la que se registra en España (9,1). El truco radica en que el fragmento de población insular de 65 o más años respecto al total, denominado índice de vejez, es inferior a la media de Canarias y del conjunto del Estado. Esto quiere decir que la lanzaroteña es una población joven y es precisamente esta juventud demográfica la que repercute en la baja tasa de mortalidad insular y la relativamente baja edad al fallecer.
Dicho de otro modo, los grupos de mayor edad concentran la mayoría de las defunciones, pero como son relativamente pocos, las cifras de decesos son más bajas que en otras regiones y comarcas. En 2018 fallecieron en la isla 757 personas. La media de edad de las personas fenecidas ronda los 74 años, que en el caso de los varones fue de 70 años y 78 para las mujeres. También prevalecen los fallecidos varones sobre las mujeres, no sólo en términos absolutos sino también relativos. En 2018 perecieron en Lanzarote 428 y 329 mujeres.
Por municipios, la tasa bruta de mortalidad más elevada la tiene Haría (8,7)
Por municipios, la tasa bruta de mortalidad más elevada la tiene Haría (8,7) y la más baja Yaiza (3,3), tanto en hombres como en mujeres. Lógico, porque el primero es el más envejecido y el segundo el más joven de la isla. Ahora bien, a pesar de que la isla mantiene una estructura demográfica joven, su pirámide está adquiriendo paulatinamente una forma regresiva y con una alta concentración en las edades comprendidas entre 35 y 49 años. Esto se debe al descenso en la natalidad y al envejecimiento continuo de su población. Este tipo de pirámide corresponde al modelo de zonas económicamente desarrolladas.
En cuanto a la época del año y por las estadísticas de lo que va de siglo, las defunciones son más frecuentes en los meses de invierno y menos frecuentes en los meses de junio y septiembre. Por último, el grupo de los tumores malignos fue la primera causa de muerte en la isla durante el año pasado, representando uno de cada tres fallecimientos, siendo el 60% de ellos varones. El grupo de las enfermedades del sistema circulatorio ocupó el segundo lugar y el tercer grupo que aparece es el de enfermedades del sistema respiratorio.