SOCIEDAD

Una familia de Argana teme por la suerte de su hija internada en un centro de menores

Francisco José Garrán Farfán y Davinia García Betancort se encuentran en un “sinvivir” por la situación de su hija, una niña de quince años actualmente en un centro de menores bajo la tutela del Gobierno de Canarias.

Una familia de Argana teme por la suerte de su hija internada en un centro de menores

Francisco José Garrán Farfán y Davinia García Betancort se encuentran en un “sinvivir” por la situación de su hija, una niña de quince años actualmente en un centro de menores bajo la tutela del Gobierno de Canarias.

La transformación, aparentemente considerable, que ha sufrido la niña desde hace unos meses es lo que tiene a su madre tan angustiada. “Su madre apenas come, se pega todo el día llorando y me gustaría volver a verla reír”. Así habla Francisco, sobre su mujer, Davinia, que padece esta situación después que le retiraran la custodia de su hija de 15 años. Una situación, asegura, inquietante por la incertidumbre de no saber dónde está su hija cada vez que decide escaparse del centro en el que está interna. “Quien va a llorar por la niña cuando me la entreguen en una caja de madera somos nosotros, no el centro de menores, no dudo de la buena fe de la gente, pero sí del sistema”, una frase con la que Francisco expresa su inquietud y su impotencia ante las circunstancias de la menor y con la que quiere concienciar a los responsables de menores de la gravedad del problema.

 “Quien va a llorar por la niña cuando me la entreguen en una caja de madera somos nosotros, no el centro de menores"

“La niña sufre un abandono por parte del Gobierno de Canarias”, aclara Francisco. Agotado e impotente, comenta el último incidente. El pasado seis de junio, cuentan, la niña vuelve a irse del centro y son Francisco y Davinia quienes la encuentran y la llevan a casa. Es entonces, cuando ella les explica que no entiende los motivos por los que la separan de su familia, de su verdadero hogar. Tras lo ocurrido, el pasado lunes la policía acude a su casa “amenazando” con detener tanto a Francisco como a Davinia, si no dejan que su hija vuelva al centro al que pertenece.

Francisco José y Davinia García quieren aclarar que no se han negado nunca a que se les haga un seguimiento con el que controlar la actitud de la niña mientras conviva con su familia. Sin embargo, el Gobierno de Canarias “no está dispuesto a ceder” y alegan que los motivos por los que les quitaron a la niña continúan siendo suficientes para tenerla en el centro. La minusvalía de su madre, que hace años que va en silla de rueda después de sufrir un ictus cerebral, unida a los escasos recursos económicos, y la precaria disponibilidad de Francisco por la atención que requiere su pareja, parecen ser razones convincentes para haber tomado tal decisión. Francisco asegura que desde la Dirección General del Menor le han trasladado que “no pueden trabajar externamente con la niña porque está bajo tutela del Gobierno”.

“Nuestra hija estuvo con nosotros desde junio de 2018 hasta el 26 diciembre del mismo año, y tenemos informes del colegio en los que dicen que la niña evolucionó favorablemente en sus notas y en su comportamiento”. La pareja no cree que un único día sea suficiente para que una persona que viene a tu casa,y te haga cuatro preguntas, conozca tu vida. “Eso es lo que han hecho con nosotros y con el informe acerca de por qué nos quitaron a la niña”

Lo único que Davinia y Francisco han dicho que quieren para su hija es “su bienestar”. Por eso, cuando en un primer momento les comunican que la niña debe ingresar en un centro de menores, ellos alegan que “si la solución para que la niña mejore es esa, aunque no estemos completamente de acuerdo, lo aceptamos”. Unas primeras palabras de las que se arrepienten tras ver la peor versión su hija estos últimos meses en los que se han repetido las ausencias de la menor en el centro de acogida. “Este mes la niña habrá dormido en el centro tres días y porque yo la he localizado y la he convencido para que volviese. Recibo llamadas del centro para ver si tengo algún dato de la niña cada vez que se fuga”.

 “Este mes la niña habrá dormido en el centro tres días"

Francisco pide, desesperado, que le den una solución. “Ayúdenme, ustedes tienen los medios para facilitarme un trabajo, si eso es lo que consideran que nos hace falta”. Al tiempo que se dirige a la Dirección General del Menor y de la Familia: “por favor, si  tienen hijos, pónganse en nuestro lugar”.

Davinia, una mujer en busca de respuestas

Davinia García Betancort, madre de la menor, muestra su disconformidad ante alguno de los argumentos por los que el Gobierno de Canarias le ha retirado la custodia de su hija. Esta mujer padece una minusvalía del cien por cien después de haber sufrido un ictus cerebral. A pesar de su movilidad reducida, Davinia sostiene no tener ningún problema para poder asumir la educación y el cuidado de su hija, tiene plenas facultades mentales y no entiende por qué su minusvalía es uno de los motivos por los que deciden internar a su hija en un centro de menores.

Precisamente sus problemas de movilidad llevaron a Davinia a realizar una protesta en el Ayuntamiento de Arrecife para denunciar las barreras arquitectónicas a las que se enfrenta cada día. La mujer, que actualmente vive con su pareja en el barrio capitalino de Argana, reclama en esta ocasión, la tranquilidad de saber que su hija se encuentre en buen estado, mientras se enfrenta a la incertidumbre en muchas ocasiones de no saber siquiera dónde está.

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